PALCO PREMIER

Jorge Luis Telles Salazar

 

A partir de esta semana la directiva de Tomateros de Culiacán debe poner bajo la lupa a cuando menos tres de sus seis peloteros extranjeros por lo pobre de su rendimiento, tras los primeros ocho partidos de la actual temporada de la Liga Mexicana del Pacífico, mismos que registran un balance nada alentador en cuanto a resultados se refiere: solo tres victorias a cambio de cinco derrotas y el penúltimo lugar de la tabla de posiciones.

¿Demasiado apresurado? Bueno no. Nadie está pidiendo que los corran ya puesto que la campaña aún es muy joven; pero sí que se les analice con detenimiento para ver si tendrán la capacidad suficiente como para superar este mal principio y comenzar a demostrar lo antes posible las razones por las que en su momento fueron contratados por el club local. Siempre es bueno recordar lo corto del calendario de juegos del circuito invernal, razón que no permite muchas contemplaciones en lo que hace al rendimiento de los peloteros, especialmente si éstos tienen la calidad de importados.

En concreto, nos referimos al parador en corto Whit Merrifield y a los jardineros Juan Carlos Linares y Ronnier Mustellier, quienes le quedan a deber al porcentaje, ante la desilusión de la fanaticada en general. Merrifield, por ejemplo, batea para un paupérrimo .129, con todo y ser considerado como un prospectazo de Liga Mayor; el cubano Linares anda en .149 y el también antillano Mustellier apenas y rebasa la cifra de los .200. Los tres, obvio, muy por debajo del nivel esperado.

De los extranjeros ofensivos, el único que se salva de la hoguera, hasta el momento, es el jardinero central Nick Buss, que registra un porcentaje de .290, sustentado básicamente por dos muy buenas actuaciones en los partidos inaugurales contra Venados de Mazatlán. Buss comenzó a venir a menos, a partir de la serie contra Cañeros de los Mochis; pero, bueno, un .290 no es nada malo para la Mexicana del Pacifico, así que él estará exento del marcaje personal al que serán sometidos sus compañeros a lo largo de las dos series programadas para la presente semana: la primera, de martes a jueves, en Mexicali, contra los Aguilas; la segunda, de viernes a domingo, frente a los Venados, aquí en Culiacán.

Esto, en lo que a los llamados forasteros corresponde; los nacionales, sin embargo,  tampoco hacen malos quesos. Lo bajo de su rendimiento se refleja en ese .203 en bateo por equipos, que es el peor de la Liga y en su ubicación en el standing: penúltimo lugar, solo por encima de los Mayos de Navojoa.

Veamos:

Jorge Vázquez, con todo y sus tres cuadrangulares, marca apenas un tristísimo .179, Ismael Salas, un .185; Román Alí Solís, .158 y Oscar Robles, solo un .125. Y lamentablemente, muy poco que rescatar: Arturo Rodríguez, el cátcher suplente, que promedia .333; Sergio Omar Gastelum, el comodín de cuadro, con .375 y Maxwell León, que inexplicablemente solo ha sido utilizado como emergente.

Los peloteros nacionales también deberán ser puestos bajo la lupa, aunque con los mexicanos los directivos siempre son más complacientes, por razones de otra índole. De cualquier modo y más allá de las conclusiones que se hagan al término de la presente semana, no estaría por demás que Benjamín Gil, el manager, comenzara a realizar los primeros movimientos en su line up. Por ejemplo, enviar a Rodríguez – que fue uno de los mejores jugadores de la pasada campaña del circuito de verano – a la receptoría; sostener a Sergio Omar en la antesala y regresar a Maxwell León a la segunda base que fue su posición original. O bien, colocar al hijo del inmortal Maximino en uno de los jardines, en lugar del cubano Linares. Solo opciones a considerar. Gil tiene la última palabra.

Y bien.

En lo que al pitcheo respecta, los dos extranjeros, Robert Coello y Ricardo Gómez están en papel de relevistas; el segundo, como cerrador. Y que usted diga que se han visto de manera formidable, pues no precisamente; pero resulta que todavía no aceptan carrera limpia y esto es un factor muy importante a considerar antes de organizarles un juicio sumario. Bien. Han cumplido en términos generales, sin que tampoco sean la sensación de la Liga, ni nada parecido.

En el relevo intermedio si hay un problema serio. Se detecta con facilidad, desde el momento mismo en que Héctor Daniel Rodríguez registra un elevadísimo 13. 50 de efectividad; Arturo Barradas, un 10. 80 y Manny Barrera, un 5. 79, aunque con dos juegos ganados y un perdido. Federico Castañeda es lo mejorcito del bull pen.

Culiacán ha perdido la mayoría de sus partidos, entre la quinta y la séptima entrada y eso confirma la existencia de un punto muy débil en el staff de pitcheo, que merece una atención especial. Todavía hay tiempo para ello.

Y cerramos con la rotación de abridores, que también hace agua, luego de la primera semana de acción. Francisco Campos, el más confiable y experimentado de todos, causó baja por las razones que usted ya sabe y su lugar lo ocupó Marco Camarena, con un trabajo que dejó mucho que desear. Arnold León, por debajo de su nivel y el ligamayorista Alfredo Aceves convertido en vulgar “tira piedras”. Alejandro Armenta tuvo chispazos en su última salida y Salvador Valdez como que terminara por acomodarse en su nueva responsabilidad. En definitiva: se extraña a Amauri Sanit, Andrés Iván Meza y ahora a “Pancho Ponches”.

Esta rotación de abridores podría sostenerse todavía una semana más; pero si los resultados no son los esperados, cortar por lo sano de una buena vez, para comenzar a probar otros lanzadores en plan de inicialistas o activar, incluso, al veteranísimo Rodrigo López, que está en lista de reservas. Una serie más o una semana, si mucho me apura. Todavía no hay crisis al interior del plantel; pero podríamos llegar a tales extremos si no se mete mano de inmediato.

Digo.

=0=

En la misma sintonía.

El juego del domingo pasado se perdió lastimosamente y eso echa por la borda el record que igualó Tomateros de Culiacán al conectar cuatro cuadrangulares en una sola entrada. En la primera, para ser más exactos.

En efecto, Juan Carlos Linares depositó la pelota tras la cerca, contra el primer pitcheo del partido. Tras un out, jonrones, espalda con espalda, de Nick Buss y Chato Vázquez y luego del segundo tercio, Ronnier Mustellier cerró la cuenta con otro cañonazo de cuatro esquinas, que le dio a Tomateros ventaja de 4-0, en los albores del encuentro.

Culiacán fue el tercer equipo en hacer algo similar en 55 años de historia de la Mexicana del Pacífico. Yaquis de Obregón atizó cuatro cuadrangulares en una entrada el 14 de noviembre de 1972 sobre los Cañeros de los Mochis. Y los mismos Cañeros empataron el record el 21 de diciembre de 2006, cuando se la cobraron contra los Algodoneros de Guasave. Solo tres clubes en más de medio siglo de historia. No debe ser fácil, entonces.

El sabor a miel, sin embargo, se convierte en amargo, cuando acontece lo del último domingo. A final de cuentas, Tomateros perdió el choque 6 carreras contra 5, lo que confirma lo ineficiente de su bull pen y a lo mejor algunas precipitaciones del manager Benjamín Gil.

Pronto  nos pedirán paciencia a los aficionados. Y si la vamos a tener; pero hasta los límites tolerables.

¿No?

=0=

A manera de colofón.

Tomateros de Culiacán, ya lo dijimos, abrirá serie en Mexicali frente a los Aguilas de aquella ciudad.

Y otras series son: Guadalajara en Navojoa, Hermosillo en los Mochis y Obregón en Mazatlán.

Venados es el puntero, luego de casi cinco años de no hacerlo. Y Guadalajara, dispuesto a convertirse en la sensación del torneo.

Veremos.

Y hasta aquí por hoy. Y nos vamos ya.

Dios los bendiga.

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