DOS A LA SEMANA

¡LA CUENTA!

Jorge Aragón Campos                          jaragonc@gmail.com

            Hace aproximadamente cuarenta años, Culiacán vivió la invasión de “los gomeros”, especie de protonarcos que se apropiaron de una o dos colonias citadinas, y desde esos feudos iniciaron su relación con las fuerzas vivas capitalinas, encantadas de recibirlos ante el alud de billetes verdes que generosamente repartían a diestra y siniestra.

Recuerdo claramente, una plática entre el director general de importante empresa local y un servidor, donde yo exponía mis temores sobre la cercanía que se comenzaba a ver entre “aquellos y nosotros”: puedes perfectamente hacer negocios con ellos pero sin relacionarte, si te compran tu les vendes y punto, no hay problema mientras te mantengas al margen, mientras no convivas. Fue su respuesta y no estaba tan equivocado: la sociedad culichi, de manera abierta aceptó ser cómplice en aras de salir beneficiada con dinero.

Lo que nunca nadie quiso ver, es que nos estábamos metiendo en una situación donde perderíamos la facultad de decidir con quién convivimos y con quién no, donde para empezar perdimos la potestad sobre nuestros hijos y fue a través de ellos como perdimos la plaza, la cual por cierto nadie tiene ganas de recuperar.

Se supone que el día de hoy, miércoles 22 de junio, el gremio médico marchó en nuestra ciudad para protestar contra los asesinatos de que han sido víctimas varios de sus miembros. No sé si efectivamente marcharon, y de haberlo hecho qué tanta convocatoria lograron, lo que sí puedo asegurar desde ahorita es que no obtendrán ningún resultado, me remito para ello a numerosas experiencias anteriores sobre marchas por la paz, contra feminicidios, torturas, etc.

Más de una vez he dicho de manera pública, que esas marchas contra nadie no sirven para nada y esta vez no será la excepción, porque nadie aquí en Culiacán desea que nuestra situación se corrija, todos están porque se mantenga igual porque, finalmente, los narcos siguen siendo un excelente negocio, lo único que algunos grupos pretenden es obtener privilegios, como los médicos, a quienes no les preocupa la alta criminalidad que padecemos, sino que ahora también a ellos los maten, es decir: asesinen a quienes ustedes gusten señores buchones, hagan los desmanes que se les antojen, mientras a nosotros solo nos paguen nuestras consultas y nuestras cirugías.

Lo lamento por los médicos asesinados, debe haber entre las víctimas por lo menos uno con quien no podamos usar el acostumbrado “algo debe haber hecho”, pero al igual que el resto de los sinaloenses, simplemente están cosechando lo que sembraron. Que les aproveche y conmigo no cuenten para sus pretendidas protestas, que no son otra cosa que atole con el dedo.

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