Zona Mixta

Alberto Camacho Sarabia
Contrastes.

Hace cosa de una semana, Tomateros de Culiacán vivió una montaña rusa de emociones, tanto directivos como aficionados, bueno, quizás solo los aficionados, dado que los altos mandos del equipo guinda deben tener todo perfectamente calculado.

Primero, de manera increíble se anuncia el cambio de “rol” que Benjamín Gil, ahora ex mánager de la nave guinda, anunciara que, por motivos familiares, se hacía a un costado y dejaba sus funciones como manejador, un movimiento que no se pudo comprender del todo, pero funcionó a la perfección como un combustible para encender la fogata de rumores en torno a esta decisión.

La primera idea, y muy válida que se viene a la mente, es que se trata de una orden “de arriba”, es decir, de los altos mandos de la Liga Mexicana del Pacífico; no olvidemos que Benjamín Gil se burló de equipos rivales por medio de señales obscenas, manejaba un lenguaje soez, se presentó en estado de ebriedad a conferencias de prensa (incluso con bote cervecero en mano), y protagonizó momentos bochornosos en la Serie del Caribe.

Sí, los otros directivos de los siete equipos restantes elevaron en más de una ocasión su más enérgica protesta en torno a este comportamiento, y, creemos que la propia LMP metió su cuchara para pedirle al club culichi un “stand by” para “Benji” en lo que se enfrían las cosas.

Nuestro enigmático y muy carismático mánager dos veces campeón tendrá que conformarse con el puesto de “asesor deportivo especial”, en lo que las cosas se acomodan, pero no hay que temer en lo absoluto, la directiva guinda sacó las papas del fuego apenas 24 horas después del anuncio de Benjamín Gil.

Un viejo conocido de la afición guinda de antaño regresa a Culiacán, se trata del muy querido mánager norteamericano, Lorenzo Bundy, quien tuvo sus inicios en la Liga Mexicana del Pacífico jugando para Tomateros de Culiacán, haciendo una asociación muy interesante con Nelson Barrera y Derek Bryant, la famosa “Triple B de la Destrucción”, o bueno, eso es lo que me han contado, porque a mí no me tocaron esos tiempos.

Lo que sí he vivido es el legado de Bundy en el equipo que se para, un hombre conocedor de todos los secretos del béisbol, llevando a clubes con años y años de fracasos a conseguir una estrella, como es el caso de los Mayos de Navojoa en la temporada 1999-2000, o también armando serios trabucos de equipo, como aquellos Naranjeros de Hermosillo en la campaña 2006-2007, y qué decir de los Venados de Mazatlán de la 2008-2009.

Un hombre respetado y querido por propios y extraños, una personalidad totalmente distinta a la de Benjamín Gil, pero con un ADN ganador y un profundo conocimiento de la Liga Mexicana del Pacífico, sin duda alguna la directiva guinda dio en el clavo al contratar al norteamericano.

Cierto, en toda la historia de éxitos del equipo Culichi, ningún mánager extranjero ha podido levantar el trofeo, veremos si Bundy consigue domar estos fantasmas, meterse en los libros de historia del equipo guinda, y, además, es capaz de llevar a la actual plantilla de Tomateros hasta un bicampeonato y formar una dinastía.

Muchos retos por delante tendrá Lorenzo Bundy en su aventura Tomatera, pero si de algo estamos seguros, es que el mánager sabrá sacarle jugo a uno de los planteles más completos y poderosos que ha tenido la ciudad de Culiacán en bastante tiempo.

Ya veremos.

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Con esto nos despedimos, le deseamos una buena semana y nos leemos pronto.

Hasta la próxima.

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