Honor a quien honor merece: Entrevista a la Dra. Diana M. Perea Romo

Víctor J. Pérez Montes

En esta ocasión, les comparto fragmentos de la entrevista que realicé a una de los galardonados del Premio Eustaquio Buelna, a las mejores tesis de Posgrado en el 2018, por parte del Gobierno del estado de Sinaloa y a través del Instituto de Apoyo a la Investigación e Innovación (INAPI), ella es la Dra. Diana María Perea Romo, cuya distinción obtuvo gracias a su tesis de doctorado en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, cuyo título es: “Imágenes y significados de la Revolución en Sinaloa: Un estudio de las representaciones fotográficas de la guerra y la Sociedad, 1911-1914”.

Cabe mencionar, que la Dra Perea, ha formado y –forjado- una sólida carrera en el ámbito intelectual y por supuesto, en el ámbito de la academia universitaria, también ha incursionado en el ámbito de los medios de la Comunicación, dirigiendo el programa de radio semanal “Diálogos con la Historia” emitido por Radio UAS. Profesionista, Madre y Amiga, son otras facetas de esta científica profesional de la Historia.  Sin mayor preámbulo, compartimos con ustedes, algunas de sus reflexiones y opiniones sobre esta distinción.

La Entrevista:

  1. ¿Consideras que el apoyo a la Investigación y la Innovación científica en nuestra entidad es suficiente y con un nivel aceptable de calidad?

Dra. Perea: Considero que siempre se puede mejorar en este rubro, hasta el momento los investigadores y todos aquellos que están encaminados en la Investigación científica, han recibido apoyos por parte de los organismos gubernamentales y de las instituciones encargadas de dicho aspecto, pero creo, que siempre es necesario recalcar que dichos apoyos se deben mantener constantes y con un nivel aceptable de calidad. Para los investigadores o quienes estamos en esta  área, pertenecer al Sistema de investigadores y tecnólogos sinaloenses del INAPI –quien me otorgo esta distinción- es una excelente retribución a la labor que realizamos. Otro medio para retribuirnos, es también tener la posibilidad de concursar en el Sistema nacional de investigadores del CONACYT, y con ello, considero que a través de estos dos organismos, se garantiza la calidad de los apoyos, pero, por supuesto que estoy a favor de que dichos apoyos se incrementen y que favorezcan a un mayor número de investigadores.

    2. ¿Cómo impacta, en el caso de tu investigación, al crecimiento y desarrollo del   acervo en el conocimiento científico-social en nuestro país y a nivel global?

Dra. Perea: En el caso de mi investigación tiene un impacto de tipo local, debido a que es un estudio de caso muy particular y sobre lo ocurrido en las representaciones fotográficas de la guerra y la Sociedad durante la Revolución en el estado de Sinaloa. Este estudio de caso, considero que es muy importante, ya que permite hacer un contraste entre la producción historiográfica más amplia del tema sobre la fotografía de la Revolución mexicana. Aun cuando ya se empezaba a escribir sobre el tema, desde la década de los 90s hasta lo más reciente con los festejos del Centenario de la Revolución mexicana en el 2010, era necesario un trabajo de esta temática que situara a Sinaloa en el mapa historiográfico y creo que ese es su primer impacto de tipo local.

Pero, no por ser un trabajo local, considero que sea un trabajo menor. Mi trabajo hace una reflexión  que va de lo particular a lo general, y enmarco al estudio de la fotografía con algo que denomino Cultura visual, que para su estudio abarca además de la fotografía, al Cine, la Caricatura y toda esta producción visual en torno a este momento político, militar, ideológico que fue bastante importante que no solamente se redujo a México, sino que las imágenes de la Revolución circularon en Estados Unidos, en Europa e incluso en el Caribe, entonces estas imágenes de la Revolución tienen un impacto, por supuesto a una escala global, y el estudio que realicé abarca todos estos estratos. Lo que me llena de satisfacción es haber logrado hacer una conexión entre lo local, lo nacional y lo transnacional a través de la imagen.

Por último, Doctora Perea, ¿Cómo se visualiza en los próximos 10 años en su labor como científico social, en la creación y divulgación del conocimiento?

Dra. Perea: Me visualizo trabajando en estas temáticas, sobre todo en el campo de la Cultura visual, más recientemente he estado trabajando sobre los exvotos fotográficos sobre Jesús Malverde, dado que es un tema actual, con un respaldo histórico muy amplio, como es el nacimiento a la devoción de este Santo popular, pero definitivamente la Cultura de lo visual, es un campo que deseo continuar mis investigaciones. Así mismo,  me gustaría continuar con mi trabajo en la Universidad Autónoma de Sinaloa, en la Facultad de Historia, sobre todo en esta formación de estudiantes y de tesistas, que se decidan abordar el pasado a través de temas innovadores, temas que se vinculen con nuestra Sociedad en el presente.

Don Belén Torres: Homenaje al Salomón sinaloense

Víctor J Pérez Montes

“…Partid en dos al niño vivo, y dad la mitad a la una, y la otra mitad a la otra”1 Reyes 3:25

En un lugar de la campiña sinaloense, hace mucho, pero mucho tiempo, existió un hombre con sabiduría salomónica, sus conclusiones dejaban atónitos a chicos y grandes, de tal suerte que hasta nuestros días, se recuerda con cariño y gran respeto a Don Belén Torres.

Sus anécdotas dejaron huella en el imaginario popular de la sociedad navolatense, de tal suerte, que su fama como Juez de Paz  –y de guerra en otros casos– trascendió las fronteras no sólo de nuestro estado, sino las internacionales, encontrando personas en otros países, que sus padres  (de origen sinaloense claro está) les han contado sobre este peculiar personaje de la vida cotidiana sinaloense.

Pero entremos en materia, y gocemos una de las muchas aventuras de Don Belén Torres, que a continuación contaré, conste que, las anécdotas de éste célebre sinaloense hay muchísimas,  y en esta ocasión, sólo rescato algunas  de las más conocidas o recordadas en la picaresca popular sinaloense. Sin más ni más, que comience nuestro deleite:

A long, long time ago… (Hace mucho, pero mucho tiempo atrás…)

En un lugar de la campiña sinaloense, o sea, en un lugar no muy lejano,  cuentan las malas, pero muy malas lenguas, que un día lluvioso de verano, llegó a la oficina del Juez de paz en el Registro civil, en específico con Don Belén Torres, una señora  con la cara desencajada, más tirándole a cara de tiburón blanco con ganas de comer “carnita fresca” que de señora despechada con sus ánimos en lo subterráneo,  casi llegando al averno del mismísimo Lucifer.

Nuestra susodicha ofendidísima dama, presentándose con su hija, una joven hermosa, como toda la pinta de bella sinaloense, en su plenitud de juventud y alocados 16 años y casi “virgen” estaba acompañada con su joven, viril, guapo y bien “satisfecho” novio que habiendo sido encontrados en infraganti, en el mas elevado acto de demostración afectuosa, es decir, en mero acto íntimo, como dijo el gran Pito Pérez: “Entre las cúpulas y las cópulas”.

La madre con una voz firme y con una mezcla de sentimientos de ofensa, rabia, deshonra y dolor, pero sobre todo, asombro, vergüenza y porque no decirlo, con gran envidia, una profunda envidia, de tal suerte, que exigía a Don Belén la inmediata unión expedita, firme e isofacta de las vidas de estos 2 tórtolos encontrados en el deleite carnal, sensual y sabroso.

Don Belén Torres (cuentan esas mismas malas lenguas) que con serenidad y en actitud de clama y con un grado supremo de paciencia comentó:

            -Muy bien, Señora mía, como usted menciona, procederé con respecto a su justa petición y haré valer sobre esta situación los poderes que el Estado ha confiado en mi, para el ordenamiento de la vida de los individuos y los ciudadanos.

En esos momentos de verdadera crisis existencialista, Don Belén Torres (siguen contando las malas lenguas) pidió con todo respeto y solemnidad que se acercaran los novios y por ende, también a la madre de la novia; sobre el escritorio, estaba el viejo libro de matrimonios y un viejo tintero, debido a las circunstancias de edad de la bella novia, la rúbrica de la madre era necesaria e imprescindible, es decir, forzosamente la firma de la madre ofendida y ofuscada de pensamientos era de manera obligada.

Pero siguiendo con el tortuoso protocolo matrimonial de esos 2 pobres tórtolos, mal expuestos y avergonzados, Don Belén Torres con su mano le acercó el tintero a la señora con la pluma vengadora en mano, y en el preciso y escabroso momento  (en la vida de cualquier incauto crédulo al asunto matrimonial) en el que se disponía la dama a introducir la pluma al tintero, rápidamente y con hábil malicia, Don Belén quitaba el tintero del alcance de la mano “emplumada” de la susodicha señora.

Osada y repetidamente, Don Belén quitaba o alejaba el tintero de la mano siniestra y vengadora de la madre deshonrada, cuando de manera repentina, salió del voluminoso y muy redondo pecho  de la bien amargada presunta futura suegra, la siguiente frase contundente y retadora:

            -¡Pues! ¿Qué trae pues, Don Belén?

El expuesto y retado representante del Registro civil, alzó de manera firme la mirada y con una voz templada replicó:

            -¡Pues eso! ¡Exactamente eso debió haber hecho su hija, con el fogoso y tentón de su novio! ¡No haber dejado que le atinara! ¡Haberse quitado!, y ¡Usted haberle enseñado a su hija a ser fuerte a la lujuriosa y querendona tentación del novio!

Se dice, que  en esos momentos el semblante del novio volvió a la vida, por fin, había encontrado a alguien que sabiamente entendía la situación en su real y justa dimensión. Las mismas malas lenguas, comentaron que la señora indignada por no haber sido secundada por Don Belén, salió disparada, llena de coraje de las oficinas del Registro civil y que jamás, volvió a saberse de ella, por lo menos, por ese rumbo.

También se comenta (las mismísimas malas lenguas lo confirmaron), que el par de tortolitos, pasados algunos meses (ya que la bella novia era mayor de edad), llegarían solitos por su propio pie y  libre voluntad de unir sus vidas, hasta se dice que a Don Belén lo invitaron a la Barbacoa enterrada, lo que no sé, es sí pudo asistir al jolgorio.

La Persignada: En el nombre del Padre y del Hijo y del… ahí le paró.

Hubo otro caso, de esos que ponían a prueba la sabiduría salomónica de Don Belén, la gente entre sus pláticas la bautizó como: La Persignada, y ahora veremos porqué.

Resulta ser, que hubo un buen padre de familia, que construyó una casa grande, de dos pisos mientras sus hijos crecían, con el fin de que algún día pudiera brindar algún apoyo a algunos de ellos; pasaron los años y sus hijos se iban de la casa y formaban sus propias familias, pero, como suele pasar en las familias, y no solamente en las ficticias como ésta, sino también en las reales, siempre hay algún hijo, que los planes no le salen del todo bien.

Este buen hombre, o buen padre de familia, al ver la apremiante situación de su hijo y conmovido a misericordia por su nuera y nietos, les invitó a que se fueran a vivir a la casa que había construido con mucho esfuerzo durante toda su vida, para aquellos momentos, el padre ya era un hombre entrado en años, y la única condición que les puso a su hijo y su familia era que, ellos habitarían la parte baja, y que el padre, habitaría la parte alta de la propiedad.

La lógica indicaría que el hijo, estaría lleno de alegría y gratitud por el gesto de gran bondad y caridad, que su padre había mostrado hacia él y los suyos, sin embargo había un As debajo de la manga del filius ingratum trahit, es decir, del condenado hijo ingrato.

Cuando ya había pasado el tiempo y el hijo y su apreciable familia, ya estaban acomodados en su nuevo hogar, surgió la idea de hacer legal la posesión de la propiedad. Cuentan las malas lenguas, que el hijo, en un intento de premeditación, alevosía y ventaja sobre la buena voluntad del padre, de manera mágica y misteriosa padeció de amnesia sobre la única condición que previamente habían acordado.

Sobre el asunto, ambos (padre e hijo) iniciaron las respectivas pláticas, de las cuales como resultado, no se llegaba a ningún acuerdo para que ambos quedaran satisfechos. El padre no quería ceder su parte de la propiedad (la parte alta) y el hijo con profundo desprecio al acuerdo inicial, alegaba que no existía tal acuerdo, y que por lo tanto, él exigía la parte de arriba y la parte de abajo sería para el padre. Pues, nomás no se llegaba a algún  acuerdo.

Por lo anteriormente expuesto, ambas partes acordaron que alguien más ayudara a resolver el asunto. Es ahí, cuando entra Don Belén Torres en escena. Ambas partes tenían fe en la sabiduría salomónica de Don Belén; y sin duda, acatarían lo que el ya famoso juez de Navolato dictaría como justicia.

Pues resulta que ambas partes fueron a visitar a Don Belén Torres a su oficina en el Registro civil, como siempre, la atención y buena disposición del representante del Estado se hizo patente. El padre y el hijo expusieron cada uno su versión de los hechos. Como siempre (diría Luis Miguel) Don Belén atento, solemne y estudiando el problema en cuestión, le pide al hijo una petición aparentemente fuera de lugar o contexto:

            -Don Belén: Joven, por favor ¡persígnese!

            -El hijo: ¿Cómo dijo Don Belén?, que ¿me persignara?

            -Don Belén: ¡Exacto!, por favor haga la señal de la Santa Cruz, por favor persígnese.

El joven, con cara de sorpresa y con cierta extrañez, empezó haciendo la señal de manera poco solemne y no tan marcada la señal en su rostro, a lo que Don Belén, le pidió que lo hiciera de manera correcta y con el respectivo rezo:

            -Don Belén: ¡No joven!, ¡hágalo bien!, ¿cómo es la señal de la persignada correctamente y con su frase?

            -El hijo: ¡bueno!, está bien, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del espi…

Don Belén, para de inmediato la señal y el rezo que estaba haciendo el joven, y con voz firme, le pregunta:

            -Don Belén: ¡A ver joven!, en la persignada, ¿En dónde va el Padre y en dónde va el Hijo?

El joven sorprendido, le responde con cara de asombro:

            -¡Pues, el Padre va arriba y el Hijo va abajo!

-Don Belén: ¡Exactamente!, ya lo dijo la persignada, el Padre va arriba y el Hijo va abajo, asi que deje de andar fregándole la vida a su padre, que ya bastante ha hecho con dejarle vivir en la casa que el construyó.

Concluyendo, pero nunca terminando…

Don Belén Torres fue un hombre muy querido y sigue siendo recordado, por muchos de sus coterráneos, es obvio que fue un personaje que influyó en la vida cotidiana de los navolatenses de aquellos años, debido al don de su practicidad para resolver problemas de la vida cotidiana.

Existen muchas más historias, muchas de ellas, inéditas, pero por cuestión de espacio – en esta ocasión- no me es posible exponer, sin embargo, en próximos momentos se darán a conocer estas aventuras, para que nuevas generaciones conozcan el legado de Sabiduría popular, del hombre que sus contemporáneos decían que tenía Sabiduría salomónica.

VIDA COTIDIANA

La Cultura popular a través del Comic en México

That´s all folks

Merry Melodies, Bugs Bunny Show

Victor Javier Pérez Montes

Hace muchos, pero muchos años…

“Dicen que Infancia, es vida”, y definitivamente lo es; Nuestra infancia, fue enriquecida culturalmente por una seria de elementos, que marcarían el imaginario popular, el idioma, las actitudes, ideas, costumbres, tradiciones, y hasta las actividades de tipo  cultural, artístico y profesional de muchos de nosotros, es decir, los adultos y adultos mayores en nuestra sociedad actual tuvieron un importante influencia cultural a través de comic en su formación cultural y de alfabetización.

Quizá, esto se debió, a una combinación de elementos como:  La Imaginación y  a la vez, la existencia de un estilo de vida -aparentemente- muy simple, pero a la vez, intensamente creativo en la vida de niños y adultos –probablemente por la carestía en el orden de la cultura material-, de entre las décadas de los 30s  a los  70s  del siglo XX.  

Estas características serían el escenario perfecto, para que artistas, animadores y una incipiente Industria y  tecnología en los medios de comunicación masiva –mass media– como lo eran la radio, el cine y la televisión, brindaron el resultado perfecto, para que se construyera a lo largo de esas 4 décadas, la llamada Época de Oro del Comic o Historietas cómicas.

Pero sin más preámbulo, les invito a que disfrutemos como niños, este breve, pero muy emotivo recuerdo de nuestra infancia: Los Cómics, historietas, caricaturas, dibujos animados o “monitos”, como ustedes gusten llamarlos, nos evocarán aventuras, ideas y pensamientos de la etapa más  emotiva, creativa y llena de ilusión que los seres humanos podemos experimentar. ¡Comenzamos!

Comic´s: Made in USA

A principios del siglo XX, el cine se inicia como una pasión de masas, no es de extrañar, que con sólo mirar y poner atención a las imágenes que eran reproducidas en la “pantalla grande”,  era posible entrar en un mundo cautivador que llevaba al espectador a otras realidades, lejos, muy lejos de la misma vivida.

La historieta cómica comic´s o paperback´s– sería otra de esas “pasiones para las masas”; Al igual que el séptimo arte, bastaba con observar las imágenes que “dibujaban a la realidad” que muchos vivían para hacer latente la identificación con los mismos personajes. EEUU y su charm[1] por la diversión de masas y sus “locos y dorados veinte” sería el marco perfecto para que talentosos artistas o cartonistas (muchos de ellos sin estudios al respecto, por no decir todos) formarían e invetarían sus tiras cómicas y la prensa de la época daría testimonio del nacimiento de una industria que más que divertir, en ocasiones llevaría otros fines de corte social, político, económico y por supuesto cultural.

El cine, sería otro paso obligado, que esta industria daría para dejar una profunda huella en el imaginario popular, tanto chicos como grandes, serían el público ideal para externar esas realidades de la cotidianeidad en la “caricaturización” de las mismas, las virtudes como vicios, valores como antivalores, legalidad como ilegalidad serían la materia prima para estos “cartonistas” en sus inicios, con el tiempo las realidades cambiaron y también la temática y la forma de plasmarlo.

Entran en nuestra memoria personajes fantásticos con características fuera de serie, entran al escenario seres con características de dioses o semidioses: Superman, Batman, Ironman, Linterna verde, Aquaman, Flecha verde (Arrow), Spiderman, Capitán América ( y su objetivo de combatir a los esbirros del III Reich), los 4 fantásticos, los 5 Halcones (expilotos de guerra), así también, el género del western tan arraigado en la cultura popular haría su aparición en los comics, personajes como Gene Autry, Hopa Long Cassidy, el Llanero solitario y su inseparable socio y amigo piel roja “Toro”, Red Rider, Roy Rogers, por mencionar algunos.

La inocencia también sería la materia prima para dichos “cartones”, imágenes de animales sería el pretexto ideal para dicho fin. Walter –Walt– Disney y su interminable imaginación daría rienda suelta a los ya clásicos de la cultura de masas como lo fueron Mickey Mouse y su amiga Minnie, al Donald Duck y su amiga Daisy, y después a una serie de amigos, familiares y hasta enemigos de estos personajes ficticios, exponiendo el llamado American way of life. En esa misma tónica, aparecen la eterna rivalidad de Tom and Jerry (El gato y el ratón) de la Universal Studios, el perrito Droopy Doo y su motoneta estilo italiana, fin,  la rivalidad de las compañías del dibujo era latente.

La picardía y el buen humor, eran otros asuntos que tratar, aún que para esas alturas, la televisión ya irrumpía a todo color, ¿Quién no recuerda la única e inigualable pandilla de Don Gato –Top Cat– y su Pandilla? Los Osos Yogi y Bubu, la familia Oso ( eran unos montañeses – o serreños sinaloenses- que estaban peleados con sus vecinos y que arreglaban sus diferencias a balazos, con su inconfundible acento sureño ), The Flinstones (los Picapiedra) que mostraban el estilo de vida de la familia obrera y sus diferencias matrimoniales de la típica familia americana, así como los clásicos de William Hanna y Joseph R. Barbera, entre ellos, Huckle Berry Hound, Tiro loco Mc Graw y su fiel amigo Pepe trueno (un burrito mexicano con sombrero de revolucionario zapatista), la Hormiga atómica (y su frase “contra el mal” en plena Guerra fría ) y  los futuristas Supersónicos.

Otro clásico estaría destacando por parte de Walter Lantz fue el gran Woody Woodpecker -el Pájaro loco o Loquillo- y todos sus amigos, Andy Panda, Shilly Willy, la Morsa, en otro género, que proponía una critica a la realidad social y con aspecto mas serio, eran Peanuts de Shultz, Charlie Brown y sus amigos, Lucy, Pig Pen y no podía faltar Snoopy -el perrito de la pandilla-

Warner Brothers, también competiría fuertemente con todos, entre sus estrellas estarían: Bugs Bunny, el pato Lucas, Elmer Gruñón, Sam Bigotes, el gato Silvestre que era el patiño de Tweety (Piolín), la Abuelita -que perfectamente encuadraba como la clásica abuela de finales del siglo XI-, muy parecida a Doña Sara García, el Correcaminos y su hambriento e ingenioso rival el Coyote, que durante años nunca pudo lograr atraparlo a lo largo y ancho del desierto de Arizona, Speedy González que hacía tributo al ingenio, viveza y picardía de la cultura y carácter del mexicano y por supuesto, no podía faltar  el Show de Porky.

¡Lo hecho en México, está bien hecho! El comic en México

La década de los años 30 en nuestro país, vive de manera plena la llamada etapa de reconstrucción nacional, los ideales de la revolución son la pauta para el renacimiento cultural, y la recién creada Secretaría de Educación pública sería el medio para difundir las llamadas misiones educativas con el fin de redimir a la Sociedad de sus heridas históricas de miseria y abandono cultural.

La misión era titánica y las cifras eran alarmantes; Todavía hasta principios de la década de los 50 del siglo XX solamente 4 de 10 mexicanos sabían leer y escribir, los esfuerzos parecían dar muy pocos frutos. Sin embargo es en este contexto cultural, en el que irrumpen en el horizonte las historietas cómicas, que al inicio se daban en los periódicos de la época muy a pesar del bajo promedio de alfabetizados existentes en nuestro país y que también lograrían un gran éxito en la población citadina de las ciudades en México, que en un inicio importaban personajes de EEUU y que no tardarían en crear de los propios, haciendo un reflejo “caricaturizado” de nuestras realidades. 

El ingenio y la creatividad de los artistas mexicanos, eran la base para el nacimiento de personajes que encarnaban, una serie de valores y atributos que emocionaban tanto a chicos como a grandes.  En ellos, sobresalen las aventuras de Memin Pinguín y sus cuates, tendrían grandes aventuras, sin olvidar su amorosa y represiva madre  Doña Eufrosina  “La Ma Linda” que desde 1945 hasta ya finales de la década de los 80 en el histórico siglo XX entretuvieron a varias generaciones de mexicanos.

Otro clásico es Kalimán y su discípulo Solín, daba lecciones de filosofía humana, entre aventuras de misterio y emoción, dejando para la eternidad frases como: “Paciencia Solín, paciencia” y “El que domina la mente, lo domina todo”, otra historieta que marcaría el imaginario popular es “La familia Burrón” y su fiel reflejo de las realidades de los citadinos y sus problemáticas del momento, creada en 1948, esta peculiar familia viviría los cambios cuantitativos y cualitativos –que padecimos- en la Sociedad mexicana a la par del sistema político y económico mexicano.

Sin olvidar al gran Chanoc (1959) y sus aventuras como pescador; Otra vertiente de historietas, y que llegaron a ser muy populares, fueron las de Vaqueros o Western mexicano plasmado por héroes como Águila Solitaria, El Payo,  Juan Sin Miedo, El Látigo negro y  Alma Grande, en ésta última, era la primera vez que un indígena yaqui –yoreme para ser exactos-, que siempre combatía a los malvados planes de los yoris en su tierra.  Sin dejar de mencionar a  El Charrito de Oro (1972), cuyo comic era la exaltación de las aventuras de un niño héroe.

Los otros héroes, de corte policiaco y citadino -y con ciertos aires de cosmopolitismo-, atraía a los lectores de las urbes, que a la vez, ellos también empezaban a desarrollar un sentimiento de identidad citadina, pues se sentían más identificados con: Los Supersabios y sus aventuras de ciencia ficción, entre 1936 y 1968,  El Pantera y sus aventuras policiacas en la Ciudad de México, El Gran Fantomas, Las Aventuras de Capulina, y sin olvidar a la inolvidable Hermelinda Linda y Las Aventuras de Aniceto, ambos cómics  mostraban de manera cómica los actos de brujería o santería, tan practicados en nuestra sociedad.  

Pero uno de los comics más representativos y entrañables, en la memoria colectiva en nuestro país fue El Santoel enmascarado de Plata-, y sus épicas aventuras contra el mal y sus secuaces. Otra historieta que dejó profunda huella por su contenido sentimental y realista fue “Lágrimas y Risas” que a la postre inspiraría a las famosas Telenovelas mexicanas: Rubí y El Pecado de Oyuki.

Colorín colorado…este escrito se ha acabado…

En fin, el comic aun cuando ya no vive su etapa dorada, durante más de 4 décadas dio identidad cultural al pueblo de México, consolidó  los esfuerzos de la alfabetización en nuestro país y lo mejor, que brindó sana diversión a millones de mexicanos en su infancia que los recuerdan con entrañable cariño y  nostalgia.

Es más, si no hubiese existido, este escrito nunca se hubiera escrito.

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[1] Encanto