¿Han Votado Mal los Colombianos?

mario vargas llosa

César Velázquez Robles

*¿Los colombianos han votado mal?

*¡Que renuncien todos!

*La revista POLITEiA 81 sigue en circulación

¿Los colombianos han votado mal? Bueno, al menos eso es lo que piensa el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, quien desde Madrid, en un acto celebrado ayer lunes en la Casa de las Américas, lamentó el triunfo de Gustavo Petro. Ya sabemos que el extraordinario talento literario del peruano es inversamente proporcional a su talento político, donde sus posiciones liberales lo han llevado a chocar desde hace años con la izquierda latinoamericana e, incluso, con corrientes progresistas o más cercanas al reformismo que al extremismo político e ideológico. Todo ello, sin embargo, no demerita su enorme calidad de hombre de letras, como lo han querido presentar quienes desde posiciones sectarias y dogmáticas, quieren hacer tabula rasa con la que sin duda es una enorme riqueza intelectual.

Pero vayamos a los ecos de la elección. Ayer decía, citando a Juan Gabriel Vásquez, que el resultado no hace sino confirmar que Colombia es un país dividido, escindido, polarizado, y que en cierta medida, quien el domingo ganó la elección tiene su cuota de responsabilidad en ello, pues “a lo largo de muchos años ha jugado a la polarización y al sectarismo, y se ha ganado con justicia fama de intransigente y autoritario”. Pero lo cierto, lo real, es que ganó la elección, ajustada, pero la ganó, como lo reconoce el presidente en funciones, Iván Duque, quien dijo, en conversación telefónica con el escritor: “Todos los colombianos fuimos a las urnas, y lo primero que hay que reconocer para defender la democracia es cuando hay un pronunciamiento popular…―Claramente, los colombianos eligieron a un nuevo presidente”.  No fue una elección atípica o desviada, como todo parece indicar fue la elección mexicana de 2018; fue una elección cerrada, altamente competida, con dos fuerzas más o menos igualadas que fueron a las urnas con la convicción de que podían ganar. Simplemente, todos los contendientes están obligados a respetar la regla áurea de la democracia, el principio de mayoría: gana quien obtiene más votos. Por cierto, corrijo un error: ayer escribí que Petro, el ganador de la elección, estaba vinculado al movimiento guerrillero de las FARC; no, estaba vinculado a otro agrupamiento armado, el M-19.

Esperemos ahora que la hybris del poder, la soberbia, no empañe el desempeño de Petro en sus funciones como presidente de la República. Que no actúe como si hubiese obtenido la mayoría absoluta. Que busque la construcción de consensos, que acerque posiciones, que concilie y busque acuerdos. Que voltee hacia otras latitudes y advierta que la polarización no conduce sino a fracturas y rupturas que lastiman la vida colectiva.

Los colombianos lo saben muy bien.

¡Que renuncien todos!

Acá siguen los desfiguros. Los precandidatos de Morena están en el desenfreno total, lo que presagia una batalla campal por hacerse con la candidatura. En este propósito, no le vengan a Claudia, Marcelo y Adán Augusto con que la ley es la ley. Si los primeros obligados a respetarla, son los primeros en violarla, el Estado democrático que en esta larga y sinuosa transición hemos ido entre todos construyendo, sufrirá enormidades. Es increíble: todo mundo, propios y extraños, acepta y reconoce que los antes citados están realizando actos anticipados de campaña en abierta violación a la legalidad. ¿Con qué autoridad moral, qué ética de la función pública pueden presumir ante la ciudadanía atropellando los ordenamientos legales en la materia, queriendo verle la cara a la gente al insistir en que van al encuentro de la ciudadanía para informarle de sus gestiones institucionales.

¿Quieren hacerlo? Muy bien. Que renuncien a sus responsabilidades institucionales. Ah, pero de eso no estamos hablando, dirán los precandidatos de marras. Pero de lo que si estamos hablando es de defensa de la legalidad, del imperio de la ley, del Estado de derecho, por lo que durante mucho tiempo se ha luchado, y por lo que lucharon muchos de los que hoy frente a todos estos desfiguros, hacen como que la virgen les habla. Es una lástima: estamos asistiendo a la demolición de los fundamentos del Estado democrático.

Quienes hoy tienen el poder pueden mantenerlo, refrendarlo en 2024, pero no pueden ni deben saltarse a la torera las reglas básicas de la competencia. Pero también deben renunciar los de la alianza PAN-PRI-PRD. Deben renunciar a la comodidad, a la burbuja que habitan desde hace tiempo y que reduce su quehacer al ámbito de las instituciones, para salir a la calle para dar la batalla. Como decía ayer: la arena pública es monopolio del poder; la calle, que históricamente ha sido el espacio

donde las oposiciones han hecho su experiencia y construido su alternativa, no parece ser

por lo pronto el ámbito natural de su actuación. Tenemos una oposición anodina, que no

acierta a encontrar la cuadratura al círculo para afirmarse como alternativa. Mientras, los

tiempos políticos se abrevian.

POLITEiA 81 sigue en circulación. La revista POLITEiA número 81 correspondiente al mes

de junio sigue en circulación. Paso a paso el equipo que pide los textos, los revisa y corrige

y que está pendiente de las distintas fases del proceso, va regularizando su publicación.

Queremos que la revista salga con puntualidad, al inicio de cada mes, porque lo asumimos

con un compromiso con nuestros lectores y patrocinadores. Es, como siempre, un número

excelente que incluye varios textos sobre asuntos de interés de la vida pública: sobre el

Plan Estatal de Desarrollo 2022-2027, la propuesta y crítica de la reforma electoral

recientemente propuesta por el presidente López Obrador, comentarios sobre el

recientemente publicado libro de Cuauhtémoc Cárdenas, “Por una democracia

progresista. Discutir el presente para un futuro mejor”, y un interesante análisis sobre las

recientes elecciones presidenciales en Francia.

La revista está a la venta en el puesto de revistas de Cayetano González, en Buelna y Rubí,

en el centro de la ciudad, y si usted desea apoyar este proyecto editorial, puede adquirir

cuatro ejemplares o más con el autor de esta columna. Todo es cuestión de que le envíe

un “guasap”.ZP

El Monopolio de la Violencia

César Velázquez Robles

*El monopolio de la violencia
*AMLO y la Cumbre
*Las elecciones del domingo

El monopolio de la violencia.- La gira del presidente López Obrador por Sinaloa el fin de semana, habría pasado como una más de las muchas que ya ha realizado por la entidad, de no haber sido por las enormes repercusiones que ha tenido la información periodística sobre un retén instalado por grupos delincuenciales en la región serrana del municipio de Badiraguato. Habituados como estamos los habitantes de esta región del país a estos retenes, que muchas veces no se sabe si son de los “buenos” o los “malos”, el asunto no ha tenido entre nosotros el impacto que ha producido en muchas otras partes del país y del extranjero.

En la “mañanera” del lunes 30 de mayo, el presidente tuvo que salir a explicar lo ocurrido tratando de quitarle hierro al asunto, como una cuestión menor, sin trascendencia: “Fuimos a hacer una gira a Chihuahua y Sinaloa, fuimos, y un escándalo por un retén, esa era la nota, y difundir que hay acuerdos con la delincuencia, pues no”.

Pero trivializar un asunto como éste es cada vez más difícil. Una decena de personas armadas con cuernos de chivo –como se conoce ese fusil de asalto que diseñó Andrei Kalashnikov– algunos de ellos vistiendo uniformes militares, bloqueando el camino, como puede advertirse con toda claridad en algunas de las imágenes difundidas en los medios, no es un asunto inocuo. Advierte la presencia de un fenómeno que da cuenta de la creciente dificultad del Estado para garantizar el control del territorio.

El viejo Leviatán está exhausto, no tiene ya la exuberancia y el vigor que no hace todavía mucho tiempo le permitía imponer su ley y ejercer la violencia que derivaba de su monopolio legítimo. Ahora ese monopolio legítimo está en disputa. Todos esos territorios sustraídos a la acción del Estado, sobre todo en entidades como Michoacán y Guerrero, pero no únicamente, dan cuenta de la gravedad y de la creciente incapacidad del Estado para ejercer su control y dominación. Simplemente, no puede garantizar la seguridad física y jurídica de sus ciudadanos, no puede asegurar la vigencia del Estado de derecho, el imperio de la ley.

Eso es lo que dicen las imágenes. Es inevitable que un sentimiento de indefensión se apodere de quienes quieren, aspiran y desean una convivencia civilizada. Es cierto también que esta cesión de territorio no empezó con este gobierno. Viene desde hace años, de aquellos tiempos en que se decidió dejar en manos de los grupos de autodefensa, esto es, de particulares, el imperio de la ley. Pero eso no es ni puede ser motivo suficiente para abdicar a la responsabilidad institucional de poner un dique a la violencia y la barbarie. 

El gobierno debería ser sensible a este reclamo, a este clamor. Tan dado a las encuestas, no le debe costar trabajo advertir que uno de los temas en que está reprobado es en materia de seguridad. La seguridad hace agua por doquier. La violencia y la impunidad siguen sentando sus reales en todos los espacios de la vida pública, ahogando la voz ciudadana que desea paz, convivencia pacífica, tranquilidad y certeza de que uno podrá regresar a casa después de cada jornada.

AMLO y la Cumbre de las Américas.- Después de unos días en que el presidente alborotó la bitachera al anunciar que no acudiría a la Cumbre de las Américas, convocada para los días del 6 al 10 de junio en Los Ángeles, California, el ruido ha bajado varios decibeles. El presidente nos tuvo a todos muy entretenidos, pero el asunto ha perdido interés a medida que se acerca la fecha. Aún no decide si asiste o no, pero lo que tenía que decir, sobre todo de cara a la galería, lo dijo ya. Faltaría saber si es el mismo discurso con Ken Salazar o con autoridades estadounidenses.

Lo cierto es que el presidente aprovechó la nueva circunstancia global. Los tradicionalmente sumisos gobiernos latinoamericanos se han vuelto levantiscos y México ha reciclado el discurso sobre la autodeterminación de los pueblos y la no intervención, en busca de un liderazgo regional en una América de dos velocidades. Encontró terreno fértil: Honduras, Bolivia, Argentina, en la misma línea, condicionaron su presencia a la invitación de todos, incluidos los dictadores de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Estos dijeron que no acudirían de ninguna manera, lo que liberaba al presidente mexicano de un compromiso moral contraído y de una exigencia inadmisible para quien hace las veces de anfitrión. No aprovechó la oportunidad y ahora tiene que seguir de frente con un discurso endurecido. Ya veremos las consecuencias.

Las elecciones del domingo 5 de junio.-Alea jacta est, dijo Julio César cuando cruzó el Rubicón con sus legiones en busca de las Galias. Para los partidos también la suerte está echada. No hay vuelta atrás. Lo que se hizo, se hizo. El campo de la disputa por el poder político está totalmente desequilibrado, y es muy probable que el resultado de las urnas este domingo refleje ese desequilibrio. Los más optimistas hablan de que las seis gubernaturas se repartirán por partes iguales entre los dos bloques partidistas. Los más pesimistas –que, por lo general, son optimistas bien informados— advierten que el resultado electoral será cuatro o cinco gubernaturas para Morena y aliados, y tan sólo una segura para la coalición PRI-PAN-PRD, mientras que Durango, donde tiene una muy leve ventaja, menor al margen de error de la encuesta, es una posibilidad. ¿Qué tan real o abstracta es esa posibilidad? Estamos a unos cuantos días de saberlo. ZP

ZONA POLITEiA: Ucrania frente a las pretensiones imperiales de Rusia.

rusia

He leído en la prensa nacional e internacional en estos días aciagos para el pueblo ucraniano y de temor e incertidumbre para la humanidad entera, muchos materiales y textos que dan cuenta del drama que vive como consecuencia de la invasión rusa a su territorio. Artículos esclarecedores de Timothy Garton Ash, de Yuval Noah Harari, entre muchos otros, arrojan luz sobre la historia trágica de Ucrania en diferentes momentos a lo largo de cientos de años, pero también sobre las luces y las gestas épicas de un pueblo heroico decidido a defender y conquistar su libertad al precio de sus propias vidas.

He leído también muchos otros textos en las redes socio-digitales. Muchos de ellos escritos con odio hacia Ucrania y los ucranianos, y que constituyen una enloquecida defensa de Rusia, a la cual no solo ven como agredida por las potencias imperialistas agrupadas en la Organización del Atlántico Norte, sino que sostienen que la “operación militar especial”, eufemismo con el que intentan disfrazar la descarada invasión militar, es un recurso defensivo frente a una expansión del “nacionalismo profascista” que, según ellos, se ha instalado en territorio ucraniano.

Diría que son los esfuerzos de las granjas de bots a los que son afectos los rusos, pero no. Me apena profundamente encontrar en ese esfuerzo digno de mejor causa, a algunos conocidos, entre ellos maestros historiadores formados en la vieja URSS en la peor tradición libresca del marxismo, y personas que realizaron estudios profesionales en aquel país y que hoy son fervientes defensores de la Rusia y sus pretensiones imperiales, sin más argumentos que el de hacer una larga lista de agresiones imperialistas, fundamentalmente de los Estados Unidos, contra muchos otros pueblos del mundo.

Digo “pretensiones imperiales”, y creo que ahí está una de las claves principales para entender lo que está ocurriendo ahora en aquella parte del mundo, ese espacio de la Europa del Este en la que se está definiendo el futuro no solo de esta región, sino del mundo entero. Leo un excelente artículo de Joel Ortega Juárez, publicado en la revista Siempre! Y que pronto reproduciremos en POLITEiA, que analiza con otra lente, distinta del maniqueísmo de ”buenos” y “malos”, el significado de la brutalidad, la sevicia con que los rusos están actuando contra el pueblo de Ucrania.

Dice Joel Ortega, que coincide con los planteamientos de una de las pocas expresiones que todavía quedan del trotskismo: “Los Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia y las otras grandes potencias de la OTAN son imperialistas, al igual que Rusia. La confrontación de las grandes potencias sobre Ucrania es imperialista por todos lados.”  Y añade: “No se necesita ser ‘experto’ en Ucrania, Rusia y Europa del Este o de Asia Central para tener una posición ante la invasión rusa de Ucrania. Se requiere tener una postura contra las guerras, que son todas, por definición, producto del enfrentamiento entre oligarcas y contra sus respectivos pueblos. Ucrania, como todos los países vecinos de grandes potencias o de Imperios, ha sido víctima de las ambiciones expansionistas del imperio zarista y ahora de las del oligarca ruso Putin, formado en la KGB, policía política del estalinismo de la URSS. El ‘argumento’ de que Rusia se defiende ante la amenaza de la OTAN, es aceptar la división del mundo en bloques imperiales y considerar a sus vecinos como patios traseros de la potencia geográfica, con ese criterio México debe estar siempre alineado a los Estados Unidos y si fuese invadido sería justificado por esa ‘teoría”.

Frente al simplismo de buenos y malos, blanco y negro, que no reconoce matices ni zona de grises, y que termina por oscurecer cualquier análisis, Ortega Juárez plantea lo siguiente: “Ciertamente el ejército ucraniano no es ninguna garantía pacifista por su salvajismo mostrado en la represión de 2013-14. Por eso en el caso de la presente invasión será definitiva la resistencia popular. Reducir esa rebeldía a los grupos pro nazis es una grosería contra el pueblo ucraniano y contra los movimientos que han resistido a las oligarquías y sus estados en diversas épocas y países. La existencia de grupos pro nazis en Ucrania no justifica de ninguna manera la invasión de Putin. En Rusia hay muchos grupos semejantes como el llamado Partido Nacional Bolchevique; Putin mismo es jefe de un partido y una coalición muy derechista y anticomunista.”

28 aniversario de la muerte de Colosio

Ayer, 23 de marzo, se conmemoró el 28 aniversario del asesinato de Luis Donaldo Colosio, en ese momento candidato del PRI a la presidencia de la República. Días antes, el 6 de marzo, había pronunciado un histórico discurso en el monumento a la Revolución, que constituía un reconocimiento autocrítico de un sistema que no había logrado resolver en casi setenta años de ejercicio del poder, las profundas desigualdades y pobreza que laceraban la vida nacional.

A su muerte, y por ese discurso, surgieron no pocas teorías conspiranoicas: que había sido ordenada por Salinas de Gortari. Con una cultura de la desconfianza y la sospecha que invade desde hace mucho tiempo todos los espacios de nuestra vida pública, la tesis se instaló en el imaginario colectivo. Eduardo Valle habría de decir en tono jocoso sobre si fue uno o dos los participantes en el crimen: “fue la acción concertada de dos asesinos solitarios”.

Sea éste un recordatorio del crimen que cambió la historia del país.