Microscopio Social

Los sinaloenses no aceptan el cambio de horario

Por Héctor Melesio Cuén Ojeda

El huso horario es la forma en que el ser humano organiza los horarios, con base en el esquema de que la esfera terrestre comprende 360 grados, mismos que se dividen en 24 horas, tiempo en que la tierra gira sobre su propio eje; ello da como resultado que cada huso medirá 15 grados, lo que es equivalente a una hora.

Es decir, son 24 espacios de 15 grados los que definen el horario de cada región del mundo.

En virtud de que el planeta tiene un movimiento de rotación de oeste a este, cuando se pasa de un huso horario a otro en dirección este, sumamos una hora; al pasar del este al oeste, por el contrario, hay que restar una hora. La zona con la hora cero en el planeta es la atravesada por el meridiano de Greenwich, cuyo punto principal es la ciudad de Londres, Inglaterra.

A partir de estos criterios, se establecen los horarios en las diferentes regiones del mundo.
Bajo esta concepción, México tiene cuatro zonas horarias vigentes y, por lo tanto, cuatro husos horarios. Sinaloa se rige por el tiempo de la Zona Pacífico, tomando como base el horario de la Zona Centro de México Greenwich Mean Time -6 (GMT -6). Así, se deduce que cuando en el centro del mundo son las 00:00 h, en la Ciudad de México son las 18:00 h y en nuestro estado las 17:00 h.

Por decreto del H. Congreso de la Unión, en México se implementan dos periodos de horario: el de verano, que inicia el primer domingo de abril y termina el último domingo de octubre, lapso en el que el reloj se adelanta una hora, y luego un segundo, que se implementa de noviembre a marzo, para lo que el reloj se atrasa una hora.

El argumento principal es que así se aprovecha más la luz del día y con ello se da un ahorro de energía eléctrica. A lo anterior se le han sumado otros supuestos beneficios, como un mayor comercio y seguridad, la disminución de accidentes, la posibilidad de que las personas hagan más actividad física.

Con esta práctica se quiso fomentar la cultura verde, pero no se ha logrado; por el contrario, después de más de 15 años que se ha puesto en práctica los beneficios no son notorios para los ciudadanos, sino que cada año se viene incrementando la inconformidad de la sociedad.

El principal problema es que la hora que se adiciona con “mayor luz” en la tarde se pierde en la mañana, por lo que pensar que se reducen los niveles de criminalidad es aventurado, ya que los ciudadanos que gustan de salir a ejercitarse en la mañana, los niños que entran a la escuela en el horario matutino o los trabajadores que ingresan a laborar temprano lo hacen a oscuras, lo cual incrementa la posibilidad de ser afectados por actos de la delincuencia.

También algunos trabajos de investigación han explicado los efectos biopsicosociales que provoca el cambio de horario en las personas. Con la eliminación del horario de verano, algunas despertaron más tarde y durmieron menos; otras siguieron acostándose aproximadamente a la misma hora, pero disminuyeron su latencia y sus dificultades para empezar a dormir, mientras que quienes trabajan durante el fin de semana requirieren cerca de dos semanas para ajustarse con relación a los que trabajaban semanalmente.

Dichos estudios también exponen las consecuencias de esta desincronización en el cambio de horario y sus efectos psicofisiológicos; no obstante, es importante incorporar como efectos adicionales los sucedidos en la vida social, particularmente en las relaciones interpersonales y laborales. A nivel personal, disminuye el contacto con la familia y con los demás miembros del medio social; hay mayor incidencia de accidentes de trabajo; baja eficiencia de los trabajadores, menor nivel de productividad y como resultado baja la calidad de vida de los trabajadores.

Además, el supuesto ahorro de energía eléctrica no se manifiesta en el recibo de la luz que llega a nuestros hogares.

Por ello, el doctor Víctor Antonio Corrales Burgueño y un servidor decidimos retomar todas estas inquietudes y plasmarlas en una iniciativa ciudadana con el fin de solicitar al Senado de la República que Sinaloa ya no tenga ningún cambio de horario, tal y como lo hace el vecino estado de Sonora. Para poder hacer realidad esta iniciativa se requiere, por ley, el apoyo de cuando menos el 0.13% de firmas en relación con el listado electoral del país, lo que equivale a 108 mil firmas. Si deseamos que el próximo año ya no se aplique ningún cambio de horario en nuestro estado, también por ley esta iniciativa deberá ser entregada a más tardar el 14 de noviembre.

Con base en estas consideraciones, estimados ciudadanos sinaloenses, estos días les estaremos solicitando su firma de apoyo para poder cumplir con lo que establece la ley. Lo haremos en módulos establecidos en las plazuelas de muchas comunidades, pero además tocando puertas de los hogares. De antemano, muchas gracias por apoyar esta iniciativa.

Gracias y que pasen una excelente semana.

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