Un domingo en la ribera
César Velázquez Robles Caminando por la ribera de nuestro Danubio tropical, embelesado con la vista de sus diáfanas y cristalinas aguas, cavilaba sobre el futuro luminoso de la humanidad. Dejémonos de “¡qué florecitas ni qué amores míos!”, pensé y, sin venir mucho al caso, recordé una frase de Winston Churchill …