En lo cotidiano

Culiacán y su culto a la Belleza. Breve reflexión de la cultura urbano-delictivo culiacanense.

…méteme a certamen de reina Belleza, no puedes pedir tanto con tan poco en la cabeza…
“Canción de “las muñecas de la Mafia”

Por Víctor J. Pérez Montes
Como queriendo hacer una introducción…

¡Culiacán, la tierra de las mujeres bonitas! Con esta soberbia, pero verdadera afirmación, -tomado de un slogan radiofónico-, inicio esta breve, pero muy entrañable reflexión, sobre, lo que nos ha hecho famosos a los culiacanenses -me incluyo en ello, aun cuando nací en el sur del estado, pero por asares del destino, radico en esta ciudad-, 1) el Narco y sus originales formas de expresión cultural, 2) nuestra peculiar forma de hablar – por no decir gritar- y por último, no podía faltar a la hermosura de nuestras mujeres, cuya belleza, parafraseando a José Alfredo Jiménez ante las rosas las pueden comparar .
Centraré unas brevísimas reflexiones sobre el fenómeno del Culto a la Belleza en nuestra ciudad capital del estado sinaloense, las formas de fomento, los significados simbólicos, los valores – o antivalores, dependerá de ustedes como lo juzguen-, y por último, los factores de tipo educativo, económico y cultural que hacen de este fenómeno, algo tan asombroso como particular para su análisis.
Cabe mencionar que no somos los únicos. La ciudad de Medellín en Colombia, también presenta tal fenómeno, cuyas características de tipo socio-económicas y cultural de su población, arroja semejanzas asombrosas en cuanto al estudio del fenómeno cultural a tratar.
¡Pero basta de tanto dime que te diré! Sin mayor preámbulo, les invito a divertirse de este breve, pero muy entrañable micro análisis de la vida cotidiana de un sector de la población culiacanense, que repito nos ha dado fama y por qué no decirlo, un cierto prestigio en los diferentes y muy variados estereotipos que existen en nuestro país. Sin más ni más… ¡comenzamos!
La Economía de la Belleza…
Solo es cuestión de darnos un city tour, por las más icónicas calles de la colonia del Centro –comercial- de la ciudad de Culiacán, y se podrán dar cuenta de la cantidad de accesorios tan variados y de diferentes gustos, para realzar la belleza natural de las damas culiacanenses.
Maquillaje –del más accesible hasta el más exclusivo, la micro lencería –que no deja mucho al juego de la imaginación y sí al juego de lo visual-, los establecimientos de ropa con un diseño que hace resaltar de manera prominente la anatomía curvilínea de las bellas jóvenes y no tan jóvenes culichis, y no podía faltar los diversos establecimientos que distribuyen todo género de productos de belleza, para el cuidado y literalmente poner o extender cabello, sombras, uñas, pestañas, depilaciones, tintes, fajas estéticas, etc.
¡Hay que lucir lo bueno que uno tiene! Diría una joven que entra a uno de los establecimientos, y para mi fortuna, permitió que le preguntara por qué tanto afán de cuidar su imagen o manera de arreglarse, ella me respondió con un tono entre valentonada y coquetonamente:
¡Mire compá! ¡Las viejas, somos muy cabronas! Y aquí en Culiacán, ¡la que no corre, vuela!, así que está cabrón que le tumben a una el mandado y te quiten al vato. Por eso, de aquí nos vamos para la cliniquita y nos echamos una manita de gato y nos damos una restiradita y un botoxito y listo! Que se cuaje el compa con esta hembra.
¡Y que hembra!, esta muchacha se subió a su Audi (del año por cierto) y abrió camino por toda la Hidalgo, rumbo al mercadito de la Juárez. Las llamadas clínicas de belleza, Depilación y Spas de relajación y masajes, forman parte de esos centros de adoración o “santuarios de la Belleza” en nuestra ciudad. No digo que no existan en otras ciudades, claro que existen, pero en nuestra ciudad, son como las iglesias católicas en Guadalajara o en Morelia, hay una en cada esquina o en la versión culiacanense de las llamadas Plazas comerciales de esquina.
Otro de esos “santuarios de la belleza” son las clínicas o consultorios médicos o cirugía plástica, estos médicos que en pocos años han amasado fuertes cantidades de dinero gracias –literalmente- a las nalgas, senos, cinturas, caras, brazos, narices, orejas, estómagos, caderas, vaginas o vulvas, y ahí ¡le paro! de todas estas “pacientes” que en el afán de lograr el ideal de la posmodernidad de la “eterna belleza y juventud” terminan con una anatomía visualmente diferente o lejos de ser naturalmente estética.
En otras palabras, la afirmación, reducción y en no pocas ocasiones, la ampliación de la anatomía femenina en nuestra ciudad no es una moda, es una práctica cultural que ha hecho de nuestra entidad, no solo a nivel regional, ni nacional, sino internacionalmente reconocida por la cantidad de cirugías correctivas o aumentativas que se practican. Es decir, somos unos Culichi´s beuty producers, ¡eso si! In english, por quello de la Globalization, para que no se nos vea el Ranch style.
El cuerpo y cara: boletos a otro mundo…
La expectativa para una mejor vida, es uno de los ideales que la mayoría de la gente tiene. Las formas son distintas, en realidad no hay una fórmula única para llegar a ella. Pero desde que se descubrió la fórmula B+P=^QL, ¡perdón!, explico la presente fórmula, con sus respectivas incógnitas: B= una muchacha bonita, P= Pobreza (tanto material como simbólicamente) , es decir, sí le sumas a una muchacha bonita, las características de pobreza –integralmente- esto trae como resultado la búsqueda del aumento (^) de Q (calidad ) de L (vida). Sin importar el precio, lo importante es salir de pobre.
Salir de pobre es la meta. No importa sí hay que ser el objeto de los deseos lujuriosos de un individuo que puede ser el gato del gato del gato del patrón, es decir, esta clase de pensamiento que comparte muchas de este tipo de mujeres –y muy jóvenes la mayoría de ellas- es definido por otra muchacha que entrevisté –sin que ella lo supiera y a la que llamaré Carmen para efectos del presente ensayo- de manera clara y contundente con los siguientes extractos de la siguiente entrevista:
-Yo: ¿Por qué no se relaciona con jóvenes que estudien o que trabajen en otras cuestiones que no sea la mañosada ?
-Carmen: ¡mire profe!, estoy bien buena, como para terminar con un pinche doctorcito que trabaje en la similares, o un licenciadillo que a veces tiene dinero y a vece no, o con algún profesional empleadito, que anda en camiones o a lo mucho en un Uber, mi papá es contador, y ¡nomás no la arma!, siempre hay carencias en la casa, mi mamá tiene que andar vendiendo Jafra o Tupperware, o pendejaditas de esas y pues, como que eso no va conmigo…prefiero agarrar un hombre que me de lo que merezco, una casota y un pinche carrazo, eso de vivir en las colonias sin pavimentar y que se inundan está cabrón… no le hace que el compa se dedique a la mañosada…
-Yo: entonces, ¿No te importa que tu esposo fuera narcotraficante?
-Carmen: Como le dije, vivir siempre deseando lo que no puedes comprar, está cabrón. Además, a la gente que chingados le importa sí mi marido es narco, a la pinche gente nomas le gusta hablar y meterse en lo que no les importa, no te dan de tragar, pues menos se deben de meter, pues que verg…
-Yo: Quiere decir que piensas que la frase “antes muerta que sencilla”, ¿Es fundamental para lograr tus metas en la vida?
-Carmen: Pues que le diré, la escuela no es lo mío, ser empleada, como que no me veo chambiando en una Ley o boutique de ropa en el Centro, o vendiendo cosméticos como mi amá. Entonces tengo que invertirle al Gym y a la sala de estética, ponerme bien trucha y mantener encantado a un güey que vea que tiene como sacarme de pobre, la neta no le veo de otra.
Afortunadamente, no todas las jóvenes culiacanenses piensan de la misma manera; bueno, quiero pensar eso, pero, lo que si es una realidad es que un cuerpo y cara bonita, son vistas por este tipo de muchachas, como una posibilidad real para acceder a otro mundo, tan lejano, pero a la vez, tan cercano como la posesión de su propio cuerpo. El boleto de salida.
Cerebro VS Nalgas, chichis y cintura… ¿Quién ganará?
Pero, continuando con la información arrojada de la entrevista – que fue muy interesante por cierto- con nuestra amiga Carmen, ella seguía plasmando muchas de sus intereses y valores –o antivalores como ustedes le quieran llamar- sobre algo que en ocasiones olvidamos en estos días de seguir fomentando a nuestra Juventud sinaloense: Un proyecto de vida real.
El narcotráfico y sus diferentes expresiones tanto económica como culturales han ido construyendo en el imaginario colectivo de la Sociedad sinaloense, y en especial en las mentes más vulnerables como lo son los adolescentes y jóvenes, una falsa ilusión de proyecto de vida –ya fuera económico, social, político y cultural-, cuyos protagonistas y víctimas a la vez, son deslumbrados con ese chorro de luz, que les ciega y no les permite ver –de forma real- sus propios campos de oportunidad . En consecuencia, el capital humano que debería fortalecer la estructura económica, política y social de nuestra sociedad sinaloense, es nula o la mayoría de las veces muy débil.
El proyecto de vida, en especial el académico, se ve y se expresa como un simple tiempo muerto, un tiempo que pasará sin mayor complicación, haga o no haga un esfuerzo mayor, retomado las palabras de nuestra amiga Carmen: vengo a la escuela, porque mis papás me dan unos 300 pesitos para gastar, y así no me quedo en casa para ayudar con el quehacer ni cuidar a mis hermanos, de todas formas, me van a pasar los profes, haga o no haga los trabajos de la clase, porque me voy al extra, y ahi me ponen un 6 y ¡listo!, se acabó el pedo.
Otro factor, que no sólo es exclusivo de este tipo de jóvenes, sino de toda la generación actual, es el uso indiscriminado de la tecnología, el uso de los dispositivos móviles –celulares, tablets, ipods, etc- que brindan un “sobre estimulación” a los cerebros de quienes hacen uso de ellos, convirtiéndose en una adicción incontrolable, ya fuera tanto por niños, jovenes y adultos. La adicción a la tecnología es fuerte.
En una de las preguntas que le hice a nuestra amiga Carmen, fue:
-Yo: ¿Por qué no inicias el hábito de la lectura cotidiana?, puedes buscar algún libro que te guste, no sé, alguna novela romántica, algún libro de acción…
-Carmen: ¡No profe!, la neta es que me da mucha hueva, y es que sí leo, luego no me da tiempo pal´ Feis –Facebook- y pues, como ya le dije, el estudio no se me da, es más pienso que solo las feas estudian o leen, ¡a ver!, ¿Dígame quien del salón lee o se ve que lean?, pues fulanita y manganita, las mataditas del salón ¡las pura feas! No le digo pues, como están bien culerillas las pinches plebes, pues no tienen otra salida que ser buenas para el estudio, ¡Yo no!, yo tengo otras opciones…
Concluyendo, pero nunca terminando…
La Cultura de la apariencia y la vanidad en nuestra ciudad, fenómeno arraigado en nuestra vida cotidiana, actúa como una gigantesca sombra cosmética, que cubre los grandes sentimientos de inferioridad y de ignorancia tanto de tipo educativa como cultural en este sector de la sociedad culiacanense – previamente descrito-.
El excesivo uso de maquillaje, el vestir ropa llamativa y con tintes provocativos en la escultural anatomía de las féminas culiacanenses, son solo muestras de un afán cotidiano de lucha por no aparentar las deficiencias y espacios vacíos de tipo educativo, académico, de valores, pero sobre todo, la ausencia de un proyecto de vida, que pueda aportar a la mejora continua de la sociedad sinaloense en conjunto.
Difícil y ardua labor tenemos los padres de familias, maestros, y autoridades educativas y gubernamentales en el día a día, para influir, motivar y sobre todo guiar a nuestros jóvenes, en la toma de decisiones acertadas que impactarán de manera significativa en su futuro inmediato.
La cultura del Esfuerzo, expresada en valores como la Disciplina, el Orden, el Respeto, la Justicia y la Honradez son hoy en día demandas que la sociedad sinaloense necesita con urgencia; cabe mencionar, que dicha cultura del Esfuerzo, no es ajena a nuestra sociedad sinaloense, en especial a la culiacanense. Diariamente, miles de culiacanenses –hombres y sobre todo mujeres- practican de manera plena y con gusto dicha cultura, sin embargo, el llamado cambio generacional, no la está haciendo con la seriedad que merece.
Que desde nuestros hogares, ya no reproduzcamos más estos sentimientos de inferioridad e ignorancia, que tomemos cada quien nuestro papel de manera seria y plena en la parte del proceso educativo y formacional que nos corresponde, para que nuestros próximos sinaloenses vivan la cultura sana de lo que es y no la enferma de lo que se aparenta.

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