DOS A LA SEMANA: LA ENFERMEDAD.

Jorge Eduardo Aragón Campos         jaragonc@gmail.com

Estrenada en México en 1981 y teniendo a John Savage en el estelar, Max´s Bar es una película con guión de Barry Levinson y dirigida por Richard Donner, que inicia con el momento donde el protagonista -Rory- salta al vacío por la ventana de un rascacielos. A partir de ahí, el espectador va sumergiéndose en la biografía y la circunstancia del personaje, un deportista con un futuro promisorio que al no ser correspondido por la mujer amada, toma la decisión con que inicia la historia, así como el resto de su nueva vida pues su intento no fructifica, saliendo vivo del lance pero en papel de atropellado por un PEMEX – Quintas, es decir minusválido incapaz de valerse por sí mismo.

Es en la segunda secuencia donde vemos llegar a Rory/Savage –moviéndose trabajosamente por las secuelas del “santo”– a un grupo de terapia para pacientes que como él son víctimas de daños irreversibles por traumatismo: clase obrera que la perdió en el desempeño de actividades riesgosas y mal pagadas. Por ser su primera sesión, Rory debe presentarse y compartir la experiencia que lo llevó ahí: “Intenté acabar con mi vida saltando desde un décimo piso, no lo logré y el resultado aquí lo están viendo”. Es su escueta narración que con atención escuchan los demás, respondiéndole uno de ellos: ¡Si serás pendejo! ¡Lo hiciste al revés! ¡Primero debes quedar lisiado y ya después intentas suicidarte!

La moraleja es que la premisa de El orden de los factores no altera el producto, podrá funcionar muy bien en matemáticas pero fuera de ahí quién sabe. Es decir que en el mundo real primero es lo primero y segundo lo segundo, que ya traducido al lenguaje de la salud pública y personal significa que es más importante prevenir que remediar, porque si lo hacemos al revés…

Todo esto viene a cuento con motivo del repunte del COVID, donde después de año y medio de probar con remedios fallidos seguimos en las mismas, que es pasar por alto la fuente del problema ¿Por qué pasó lo que pasó? ¿Cómo vamos a impedir que suceda de nuevo? Que un solitario y único sujeto, se coma un plato de sopa de murciélago y provoque que menos de un año después el planeta entero esté vuelto loco, es algo que nunca debió suceder: nunca. Eso siempre fue bien sabido, por eso desde hace siglos existe un proceso de construcción de organismos, leyes, tratados, protocolos, procedimientos… que fallaron miserablemente y por ello hoy ya no se trata de pelear contra un virus, pues merced a la incompetencia de los responsables de contenerlo en su lugar de origen (China), fuimos obligados a meternos en un experimento nuevo, arriesgado y peligroso sobre una manada de 7500 millones de conejillos de indias. Dense cuenta de la magnitud de aquello en lo que estamos metidos y de lo cual quién sabe cómo vayamos a salir… si es que salimos, pues si nos atenemos a la narrativa oficial no estamos en una tercera ola, sino en otra pandemia, que para efectos prácticos y futuros la cepa Delta lo es: No me estoy refiriendo a si mata más o a si mata menos, a si es contagiosa o no, tampoco a si es otra especie o variedad o algo así, me refiero a lo que nos debe de importar porque es ahí en lo que nos va la vida: la nueva cepa no se originó aquí, vino de fuera y entró a México como Pedro por su casa y no nada más lo hizo aquí, lo está haciendo en todo el mundo y no veo a nadie señalando lo evidente y preguntando lo obligado ¿De aquí en adelante así vamos a estar siempre? Conviene mencionar que también ya entraron a México la cepa británica Alfa y la cepa Gama de Brasil.

Hasta el día de hoy, sigue sin haber una explicación clara, meticulosa y precisa sobre la secuencia de hechos que nos condujo a esta pandemia, por lo tanto no existe una idea de cómo impedir ocurra otra, eso es lo primero que debimos arreglar pero ahí sigue suelto mientras nos enfrascamos en discutir la efectividad de payasadas como las mascarillas, las sanas distancias, los horarios para no atiborrar las playas durante la noche, la mitad de comensales en espacios herméticos por el aire acondicionado… si en algo hemos sido consistentes desde el inicio de todo esto, es en nuestra ignominiosa indiferencia ante el hecho de que no hay un solo responsable frente a todo lo ocurrido, siendo que existen cualquier cantidad de nombres con cargo, especialidad, funciones bien definidas, informes, evaluaciones, etc. lo que en verdad hemos hecho del año pasado a hoy, es fomentar que vuelva a ocurrir; estamos aplicando la misma estrategia que hemos seguido desde hace más de 50 años a nuestros problemas más importantes y urgentes, como la seguridad, la educación, la economía… lo cual tiene una ventaja: no hay margen para dudar cuál será el resultado final.

Me había hecho la firme determinación de no volver a meterme con el tema de la pandemia, pero ya me agarraron y me volvieron a meter: le seguimos en la siguiente entrega.

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