DICEN… DIREMOS

Columna de trascendidos recogidos en los mentideros locales, entre taxistas, en paradas de camiones, con los boleros de Catedral, las vende dólares del mercadito y el barman del Guayabo. Nada está confirmado, tómese con las reservas del caso.

Preocupación en la formula sinaloense para el senado por el PRI, traen el síndrome de Martha Tamayo. Si ustedes recuerdan, la señora votó por la expulsión de la Gordillo y pagó un altísimo precio por ello. Sobre todo Aarón Irizar, teme convertirse en el nuevo oscuro objeto de la venganza. Con el cuento de que aún lo ubican en el labastidismo… ustedes ya se imaginarán.

Lo que sí es ya un hecho inocultable, es que Sinaloa está entre los proyectos prioritarios para el PANAL, y no solo por ser la cuna del yerno, sino por razones demográficas. Hay unas cuentas que por simples resulta increíble no afloraran antes: el padrón es tan pequeño (frente a los ilimitados recursos del sindicato), que no digamos la senaduría, hasta la gubernatura está al alcance del bolsillo. Saquen ustedes sus conclusiones.

Con lo del planton de artistas y la mesa de diálogo que le sucedió, lo cual derivo en compromisos muy fuertes, en el ISIC andan que no los calienta ni el sol. María Luisa Miranda deberá despedir por lo menos a uno de los directores, pero nadie sabe quién será. Lo que sí saben es quien no será: Jorge Escalante. Curioso, solo está seguro en su puesto el principal responsable del desastre… después de la titular, claro está.

En México es un secreto a voces: las encuestadoras ya no saben qué hacer, para seguir ocultándole al público la horrenda verdad respecto a la debacle panista. El cuchareo a favor de Josefina es cada vez menos sostenible; la situación es mucho peor a los más pesimistas augurios sobre el futuro de la derecha en México.

Que este Papa definitivamente no es Juan Pablo. En su visita no quiso meterse en política, de hecho mando a un subalterno a atender todos esos asuntos. Que su postura fue la de venir a pedir ventajas para la iglesia a cambio de nada. En Los Pinos se quedaron con un palmo de narices. Otra merma más.

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