TRES A LA SEMANA

EL FIN DEL PAN

Jorge Aragón Campos

Las filtraciones sobre conversaciones telefónicas privadas entre la candidata panista, Josefina Vázquez Mota, y un miembro de su equipo, evidencian la crisis terminal del PAN. Lo grave no es el hecho de que la candidata sea víctima de espionaje, ni siquiera que haya sido realizado por el propio gobierno calderonista (como si no supiéramos que esas actividades han ocurrido desde siempre), sino la filtración, que a todas luces provino de alguien muy cercano y de muy adentro del círculo compacto presidencial.
Como bien lo aprendió Julio César, las traiciones más onerosas (por lo simbólico) suelen venir de los más cercanos, y es una historia que los sinaloenses ya vimos en el 2010: el círculo íntimo es el primero en percibir la derrota y busca reacomodarse en el proyecto ascendente, aunque para ello deba recurrir a puñaladas traperas.
La traición de que hoy es víctima la candidata panista, así como su presidente (que también resultó dañado) viene a empeorar una campaña que de por sí anda mal, aunque también sirve un poco para explicar esto último; por lo visto, las rispideces del proceso interno no pudieron ser superadas y existe una abierta ruptura entre la campaña y el gobierno, o al menos una buena parte de éste.
Contrario a su voluntad, los panistas se ven obligados a abrir un nuevo frente, solo que entre ellos mismos: ya no les será de fiar todo el gobierno calderonista. Ahora sí, tienen entre sus filas al peor enemigo de cualquier proyecto político: la paranoia. Justo lo que les hacía falta.

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