Microscopio Social

Las cifras no mienten, es un hecho que hay más pobres en México

Por Héctor Melesio Cuén Ojeda

Luis Enrique Miranda Nava, recientemente nombrado Secretario de Desarrollo Social del gobierno federal, visitó a nuestra entidad el pasado martes 13.  El motivo de su visita fue entregar beneficios a trabajadores agrícolas en el marco del Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas.

En esta gira y ante el cuestionamiento de un reportero de los medios de comunicación social de la entidad, sobre el incremento de la pobreza en el actual sexenio, el secretario tuvo una respuesta que asombró a propios y extraños. Esta fue su respuesta: “No se ha incrementado la pobreza, no lo digamos porque es mentira, la pobreza no se ha incrementado, la pobreza, usted no puede saberlo, porque la pobreza se está midiendo en este momento, lo vamos a ver el año que entra cuando termine la evaluación, ok”.

No tengo la menor duda que esta declaración falta a la verdad.  El incremento de la pobreza como un “mito mexicano” al que se refirió Luis Miranda Nava, Secretario de Desarrollo Social,  en su gira por Sinaloa, es una mentira ya que los hechos hablan por sí solos. Declaraciones de esta naturaleza pintan al funcionario como una persona que no le da credibilidad a instituciones que el mismo régimen ha creado como lo es el Consejo Nacional para la Evaluación de las Políticas de Desarrollo Social -CONEVAL- y el Instituto Nacional de Geografía y Estadísticas -INEGI-.

Habría que recordarle a Luis Enrique Miranda Nava, que la pobreza no se disminuye, ni mucho menos se elimina, por decreto como lo quisieron hacer hace algunos meses en versiones controversiales que se dieron entre el CONEVAL y el INEGI.

Tan solo en Sinaloa el CONEVAL hizo oficial que en el periodo 2010-2014 la Situación de pobreza, aumentó de 1,055,580 (36.3%) a 1,167,070 (39.4%) de ciudadanos; y la situación de pobreza extrema evolucionó de 130,200 (4.5 %) a 155,800 (5.3%)  personas. No hay que olvidar que los indicadores de carencia social se identifican por el rezago educativo, o tener carencia en servicios de salud, seguridad social, calidad y espacios en la vivienda, acceso en los servicios básicos de vivienda y la alimentación.

Aquí mismo en Sinaloa el INEGI reporta que  alrededor de 566 mil personas se encuentran en rezago educativo;  450 mil personas carecen de acceso a servicios de salud; 1 millón 462 mil personas carecían de seguridad social; 320 mil personas carecen de acceso a calidad y espacios de vivienda; 532 mil carecen de acceso a servicios básicos de vivienda; 878 mil personas carecen de acceso a la alimentación y, 1 millón 371 mil personas tienen ingresos inferiores a la línea de bienestar.

La respuesta del funcionario federal obedece a varias razones, primero a la insensibilidad de un gobierno de no querer aceptar que el país está inmerso en una crisis que tiende a generalizarse, se resisten a aceptar que la nación se encuentra sumida en una falta de credibilidad política de sus gobernantes, en una crítica situación económica generada principalmente por la caída de los precios del petróleo, por una devaluación del peso mexicano que no se le ve fondo, por un incremento galopante de la inseguridad, por más recortes presupuestales al gasto social, en fin por una situación que golpea fuertemente la estabilidad social y económica de millones de familias.

Otra arista de la respuesta de Luis Enrique Miranda Nava, es que es un funcionario que carece del perfil necesario para entender y atender las demandas sociales, para comprender qué tipo de políticas sociales requiere México en un momento tan difícil como el vivimos hoy los mexicanos.

Recuérdese que en el enroque que hizo el presidente Enrique Peña Nieto, cuando se destituyó a Luis Videgaray Caso, quien fungía como Secretario de Hacienda y Crédito Público, se nombró a José Antonio Meade Kuribreña como nuevo titular de Hacienda, y como jugada de ajedrez se nombra a Luis Enrique Miranda Nava como Secretario de Desarrollo Social Federal, proveniente de la Subsecretaría de Gobernación.

Los señalamientos y las críticas no se hicieron esperar, intelectuales, columnistas nacionales, partidos políticos, organismos empresariales y sociedad en general, criticaron fuertemente que los cambios en el gabinete realizados por el presidente Peña Nieto obedecían a un nuevo acomodo para la sucesión presidencial del año 2018, específicamente el nombramiento de Miranda Nava para ubicarlo como un posible candidato a la presidencia de la república.

Y la verdad es difícil no escuchar y aceptar tantas voces en un mismo sentido. Si revisamos la trayectoria de Luis Miranda Nava, apreciamos que es un político estrechamente ligado a la trayectoria del presidente Peña Nieto. La prensa nacional así lo registra: Es amigo y compadre del presidente, por lo tanto de los hombres más cercanos al mandatario con quien ha hecho equipo por más de 15 años. Fue funcionario en el Estado de México cuando Enrique Pela Nieto fue gobernador de esa entidad, y en el año 2012, una vez que ganó la Presidencia, Luis Miranda fue nombrado vicecoordinador del equipo de transición y en diciembre asumió el cargo de subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, donde estuvo como operador político de negociaciones con diversos movimientos como el de los maestros de la CNTE.

Todos sabemos que la Secretaría de Gobernación es la instancia responsable de mantener el orden interno en el país, es decir la estabilidad social, y evidentemente el ser subsecretario de gobernación, además de ser calificado como un gran operador político, Luis Miranda Nava ha tenido mucho que ver en los movimientos sociales que en el presente sexenio han cimbrado al país. Sin embargo el devenir que han tenido los problemas de Tlatlaya, Ayotzinapa, la nota de la “Casa Blanca”, las protestas de maestros por la implementación de la reforma educativa y otros tantos más, muestran todo lo contrario, es decir que se ha carecido de capacidad, sensibilidad y trato para tener escenarios diferentes a los que hoy se viven en México.

Es por estas reflexiones que considero que el actual sexenio encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto está entrampado en un sinfín de intereses grupales que no le permiten dimensionar los verdaderos problemas que vive nuestro país, y ello explica la irresponsabilidad de un funcionario de primer nivel, más aún de un área como es desarrollo social, cuando viene y nos dice a los sinaloenses que quien afirme que en México ha crecido la pobreza, está mintiendo.

Lo anterior preocupa, pero en realidad no es nada comparado con la evolución que está teniendo la crisis que agobia a millones de mexicanos, los recortes presupuestales que no han cesado indican claramente que el cierre del año 2016 será difícil, pero más incierto será el 2017.

Días antes de que se presentara el proyecto de presupuesto de egresos para el 2017, nos adelantaron   que habría recortes considerables, pero que no nos preocupáramos, que estos no perjudicarían al pueblo, que le tocaba al gobierno “ajustarse” el cinturón, sin embargo lo primero que se dejó ver una vez dado a conocer la proyección de egresos para el 2017, son recortes presupuestales en educación, salud y Ciencia y Tecnología, pilares para que un país se desarrolle armónicamente.

En pocas palabras, un engaño más al pueblo.

Gracias y que pasen una excelente semana.

Deja un comentario