Javier Valdez Cárdenas

jorgewalteriomed@gmail.com

medinawalterio@outlook.com

En Sinaloa vivimos en medio del horror y el temor que genera la violencia desmedida, la que no logra contener nada ni nadie, la que se presenta cuando no hay gobierno a la vista y la que enluta a cientos de hogares sinaloenses, hoy tristemente también al gremio periodístico.

Difícil y complicado el inicio del gobierno de Quirino Ordaz porque pareciera que la nueva administración no encuentra la forma de entrarle a los problemas que hoy aquejan a Sinaloa.

La guerra al interior del crimen organizado, provocada por la disputa por la plaza,  pareciera marchar paralela a la que estamos viendo entre quienes se disputan el poder político que no ha podido ejercer el gobierno en Sinaloa.

Decenas de periodistas llegaron hasta las oficinas de la Unidad Administrativa a reclamarle al gobernador Quirino Ordaz la falta de seguridad en Sinaloa y particularmente el asesinato del periodista Javier Valdez Cárdenas.

Humilde y voluntariosa la actitud del mandatario estatal no impidió que el insulto se incluyera en la protesta.

El asesinato de Javier Valdez está sacudiendo no sólo a la estructura del poder, sino a la en general a la conciencia social de Sinaloa. Pensemos en la hora del despertar frente a lo que ocurre. El despertar incluso del gobernador que a cuatro meses y medio de su gestión, no ha podido serlo.

La muerte del periodista acapara la atención de la prensa nacional y local, con destacados espacios también en los medios internacionales. Abarrotadas en torno al tema también las redes sociales.

A Javier Valdez lo definimos como el hacedor  de amigos.

Javier dedicó gran parte de su labor periodística a abordar el complicado tema del Narcotráfico y sus repercusiones en México, Lo hizo de manera magistral y llegó incluso a publicar varios libros sobre el tema.

Hablaba entonces demasiado de la muerte, de las de los de los miles de sinaloenses y mexicanos que han fallecido como consecuencia de la guerra del narco.

Pero no sólo hablaba de la muerte. De pronto Javier hablaba con la muerte misma, en la complejidad de su labor periodística y literaria.

Desde luego que el gremio periodístico está obligado a honrar la memoria de Javier Valdez.

Difícil pensar en el esclarecimiento total de su muerte, porque ni en Sinaloa ni en México se esclarecen los asesinatos de los periodistas.

Pensemos entonces, cuando menos,  en que  la muerte de Valdez Cárdenas sirva para iniciar una lucha encaminada a cambiar el estado de cosas que ahora nos afectan.

Por lo pronto nuestro abrazo solidario  para mi amiga Griselda Triana y para sus hijos Tania y Fran. Para Ismael Bojórquez y para todos los compañeros de Javier Valdez en el semanario Riodoce.

Así están las cosas…

Deja un comentario