DOS A LA SEMANA

¿HABRÁ PURGA EN MORENA?

Jorge Eduardo Aragón Campos                              jaragonc@gmail.com

Insisto en que el mayor error de la 4T es su estrategia de comunicación. Al contrario de los últimos cinco años, donde el distintivo de su mensaje fue la unicidad y direccionalidad sobre ideas muy claras y concretas, contrapunteadas a la desastrosa gestión de Peña Nieto, hoy están enfocados hacia… ellos mismos.

La marcha “fifí” del cinco de mayo fue un asunto menor, sin duda, pero recibió oxígeno de unos contrarios que reaccionaron como elefante histérico frente al ratón, convirtiendo lo que unánimemente era un despropósito inicial (renuncia López), a un torpedo cuyas averías obligaron a ejercer control de daños del propio presidente, quien esta vez -digo yo- se vio falto de reflejos con una respuesta que convalidó la absurda exigencia: si quieren que me vaya, el referéndum para la revocación será en el 2021. Para haber estado tan desairada la respuesta del público hacia la convocatoria, no es un logro menor que el propio presidente le diera el estatuto de  ejercicio previo al referéndum.

La 4T se ha entregado con fruición a construir una nueva narrativa, cuyo eje ya no son primero los pobres, sino un culto a la personalidad tan excesivo que ya rompió fronteras que aquí en México con todo y todo considerábamos fijas, como la de pretender añadirle al poder político atributos divinos, lo cual “es peor que un pecado, es un error”. Uno de los mayores logros de MORENA, fue conectar con un gran número de mexicanos que se habían resistido a dar su apoyo a López Obrador: logró estar en el lugar y en el momento correctos para ofrecer redención ante la crisis de conciencia nacional, producto de reincidir con el PRI ante la decepción total en que derivó el PAN “después de su brega de eternidades”. Me imagino que en algún lugar de su closet, ustedes ya saben quién ha de tener una hebilla de oro que dice “Gracias, Enrique”.

Entre las encuestas sobre la popularidad presidencial y el paseillo de la 4T por la cristalería nacional, nadie señala el enorme desgaste que ya sufre MORENA, desproveído de ideario y personajes mínimamente presentables: aún no llegan las elecciones de este año y ya es la misma clase de agencias de colocaciones que todavía están ahí enfrente. Para mayores señas, aconsejo remitirse al domicilio que señala como “lugar de nacimiento” la respectiva acta del PRIMOR. El otro elemento inquietante es la brutalidad de su canibalismo tribal, exacerbado por el estímulo divisionista propio del acceso al poder y que, viendo el ritmo que lleva, muy pronto acabará por destruir ese proyecto al que ya no me atrevo a llamar de izquierda.

Sí, sí, muy apocalíptico de mi parte y por supuesto puedo estar rotundamente equivocado, pero el propio triunfo electoral del año pasado constató que las guerras no las ganan los que combaten mejor, las ganan los que cometen menos errores y MORENA ya acumula demasiados; de hecho, hace siete meses, en octubre anterior, publiqué en este mismo periódico (Proyecto 3) “El Principio de Pedro”, en obediencia a lo evidentes que resultaban ya estos mismos problemas, así como las consecuencias que podría acarrear; con ese referente, mi valoración es que de mal, esto se fue a peor.

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