Pues qué pasó aquí
qué tren los atropelló,
se preguntó la huesuda
cuando a México llegó
Las finanzas a la baja
la violencia está a la alza,
aterrada vio la muerte
que el sólo prometer no alcanza
Quizá por ello dijo sonriendo
a mí hoy me toca el honor,
de llevarme hasta su tumba
al tal López Obrador.
Y si acaso se entercara
fingiendo yo no sé nada,
pues ya teniendo otros datos
me lo llevo a La Chingada.
También a la cuarta transformación
porque fue una cosa lúgubre,
se nos murió en Culiacán
un jueves triste de octubre
aqu´la lección fue dura
pues el riesgo fue gigante,
respondiendo los chapitos
de manera desafiante.
También se murió Quirino
que nunca fue gobernante,
aunque todas las encuestas
lo ubicaran adelante.
Su gabinete sufrió
por tanto ajustes y cambio,
y de nada le sirvió
el andar jugando al sabio.
En Sinaloa fue triste
ver fallecer a Morena,
les indigestó el poder
que se les dio en forma plena.
Sus alcaldes no aprendieron
que el buen gobierno da brillo
y muy luego los afectó
el síndrome del ladrillo,
Lo de Chappman en Ahome
y Benítez en el puerto,
dejó muy claro el mensaje
de que fue un gobierno tuerto.
Qué decir de Culiacán
que vivió de la fregada,
soportando groserías
del alcalde Chuy Estrada.
Por los rumbos del Congreso
la cosa estuvo chimuela,
pues no aprendió a coordinar
la diputada Graciela.
Nos salieron muy flojitos
los señores diputados,
y si tienen alguna duda
pues revisen sus resultados
Algo triste también pasó
pues fue enorme el desatino,
que los diputados federales
extraviaran el camino
Con Rocha e Imelda Castro
fue igual el desaguisado,
pues se olvidaron del pueblo
que habían representado.
Cuando llegó a los partidos
la muerte sólo expresó,
al ver tanta soledad
pues qué carajos pasó
Buscando a los de Morena
la muerte dijo ladina,
tienen mucho presupuesto
y no rentan ni oficina.
Ya por los rumbos del PRI
no oyó el clásico griterío,
aunque tampoco se sorprendió
de ver todo aquello vacío.
Con los de Acción Nacional
y su división interna,
no aprendieron la lección
aquí la lucha es eterna.
Por rumbos de el PRD
sólo alcanzó a ver a ocho,
quizá con esos le alcance
pa’ seguir llenando un vocho.
Y al seguir su recorrido
no fue distinto en el PAS,
era día de quincena
todos estaban en la UAS
Con la prensa la calaca
fue muy dura y muy grosera.
pues al ver los periodistas
hasta escondió la chequera.
Toditos van al panteón
aunque alguno no lo quiera,
ese es su triste final
prensa fifí y chayotera.
Desde luego aquí hay encargo
sospecharán la manera,
ya que eso así lo exigió
en su última mañanera.