El Larguero

César Velázquez

Literatura y futbol

Desde hace muchos años, hay una vasta producción de materiales que buscan relacionar el futbol con el mundo económico, político, social y cultural. Viene a mi memoria un libro, Futbol como ideología, de Gerard Vinnai, un ensayo desde la perspectiva marxista, en el que el autor considera que todo gol realizado en la cancha, “es un gol en contra de los explotados”. Es decir, este deporte no viene a ser otra cosa sino un instrumento más de dominación en contra de las grandes masas bajo el capitalismo. Pero el mundo no es tan simple ni lineal. Es mucho más complejo de lo que dice la apariencia, y a estudiar su esencia desde las más diversas perspectivas dedican sus esfuerzos académicos, especialistas, eruditos y amantes del futbol. En los países de nuestra región, en América Latina, en México particularmente, no hay una gran producción intelectual que aborde con profundidad la relación entre el futbol como un fenómeno sociológico y sus manifestaciones en la vida colectiva. Hay trabajos, si, relevantes e importantes, pero algo así como una corriente o una tradición teórica, como luego dicen los pretenciosos, que aborde las relaciones simbólicas, el discurso, no se ha constituido en este espacio, donde grandes conglomerados sociales viven con pasión domingo a domingo, este gran drama social. Pese a ello, dice Sergio Villena Fiengo en su ensayo El futbol y las identidades,“puede indicarse que en la región existe una tendencia a considerar al fútbol como un ritual comunitario, como un drama social y/o como una arena pública, como un espacio comunicativo denso en el cual se entrecruzan múltiples discursos verbales, gestuales e instrumentales (gráficos, sonoros, etc.), a través de los cuales los diversos actores participantes en el drama, como son los jugadores, entrenadores, dirigentes, periodistas, hinchas y detractores, expresan apasionadamente sus conceptos y valores no sólo sobre el juego, sino también sobre su vida, anhelos, frustraciones y esperanzas. Tal vez podríamos resumir esta aproximación parafraseando a Geertz y señalando que los estudios latinoamericanos muestran una inclinación por abordar elfútbol bajo el modelo de un “juego profundo” que se constituye en un comentario dramático sobre la vida, en sus dimensiones emocionales, morales e intelectuales.” Es tal vez en el campo de la literatura donde encontramos lo mejor de la producción intelectual para entender las relaciones simbólicas que definen la naturaleza de este deporte de masas. El futbol a sol y sombra, de Eduardo Galeano (Siglo XXI) es ya un clásico de la literatura, un referente indispensable para entender lo que para algunos no es sino un juego que inventaron los ingleses, juegan once contra once y siempre ganan los alemanes. Pero hay muchos otros. En la edición del domingo 3 de junio de 2012, Enric González, en el diario español El País, escribe un interesante ensayo, Héroes trágicos, en el que dice: “¿De qué hablamos cuando hablamos de fútbol? Podemos hablar del juego, evidentemente. De tal finta, o tal combinación, o tal posición irregular. Pero eso no da para mucho. Lo habitual es hablar de lo que envuelve el fútbol y le da significado. Es lo que ocurre con la literatura futbolística, que tiende a prescindir de lo obvio, es decir, del balón, y prefiere explorar la pasión de quienes lo manejan y de quienes extraen de él su felicidad o su miseria. Si el futbolista es el gran héroe contemporáneo, cosa que se puede lamentar pero resulta difícil discutir, para el trabajo literario hay pocos materiales más atractivos que los que ofrece el héroe trágico del fútbol. Uno de esos héroes trágicos del futbol es Abdón Porte. Sobre él escribió Manuel Jabois la pieza literaria Abdón en polvo convertido, que ojalá pronto podamos dar a conocer en este espacio. Por vía de mientras, como decíamos antes, les adelanto lo que escribió González: “Abdón Porte, uruguayo de Libertad, fue mediocentro y capitán del Nacional de Montevideo hasta 1917. Al concluir la temporada de ese año, los directivos del club le comunicaron que habían fichado a Alfredo Zibechi para sustituirle y que preferían que se quedara en el banquillo como suplente, con la idea de que poco a poco pasara a desempeñar una función que apenas existía por entonces, la de entrenador. Porte recibió la noticia tras el partido de la última jornada, frente al Charley. No hizo comentarios. Fue con sus compañeros a celebrar la victoria, 3-1, y hacia medianoche regresó al Parque Central, el estadio de Nacional. No se sabe cuántos años tenía Abdón esa noche porque se ignora su fecha de nacimiento. Debía tener menos de 30. Abdón caminó sobre la hierba hasta el círculo central, empuñó una pistola y se disparó al corazón. “Abdón no se mató por quedarse sin fútbol. Podía haber jugado en otro club. Abdón se mató porque no soportaba la idea de no vestir nunca más la camiseta de Nacional, su gran amor. Sobre su cadáver se halló una nota en verso dedicada a Nacional: “Aunque en polvo convertido, y en polvo siempre amante, no olvidaré un instante lo mucho que te he querido”. México 2-0 Brasil Con la pequeña ayuda arbitral, que se tragó dos penalties contra la selección mexicana y un gol anulado por un inexistente fuera de lugar, México derrotó 2-0 a Brasil en un juego amistoso en el estadio de los Vaqueros de Dallas. Buen juego sin duda el del once nacional, que poco a poco va dejando en el olvido aquel mote que les puso Manuel Seyde, “ratones verdes”, y se muestra ya como un conjunto competitivo, con una propuesta todavía no muy definida, pero que puede materializarse en su andadura rumbo a la próxima Copa del Mundo. Brasil fue un excelente sinodal para medir los avances de la selección mexicana. Sin ser un conjunto todavía muy rodado y falto de juego colectivo, sus individualidades marcaron la diferencia en los primeros treinta minutos, y dieron pocas oportunidades a los mexicanos para armar y proponer un discurso sobre el campo. Veíamos un conjunto disperso, desorganizado, impreciso y carente de una idea, incapaz de hilvanar tres o cuatro pases, lo que presagiaba un mal resultado. Sin embargo, una jugada afortunada de Giovanni Dos Santos cambiaría el destino del encuentro. Lo que intentó ser un centrito se convirtió en un golazo de antología, y fue el acicate para transformar el juego de los nuestros, que empezaron a invertir los papeles, desempeñarse con mas fuelle y brío, hacer rápidos desdoblamientos y llegar con más contundencia al marco contrario. El segundo gol, producto de un penalti, confirmó el buen momento y juego de los nacionales, que pudieron, incluso, marcar un tercero. Bien por nuestra selección. Mejor por la afición que colmó el estadio vaquero, con miles y miles de mexicanos que viven en Estados Unidos, y que tienen una identidad dura, que no cambia pese a las derrotas y a las tragedias acumuladas que conforman una especie de victimismo histórico. Viene la Eurocopa Este fin de semana arranca la Eurocopa. El actual campeón del mundo y campeón de Europa, España, va en busca de defender su supremacía y con un buen conjunto, puede lograrlo aunque el nivel de competitividad es mucho más alto. Italia, Holanda y Alemania, creo, estarán en las fases finales, disputándole la hegemonía a la Armada Invencible. Por cierto, el choque España-Italia, en el arranque de la Eurocopa puede definir el destino de dos de los grandes favoritos. A favor de Italia está el hecho de que después de los affaires que han puesto en entredicho el juego limpio en la liga superior, han ido a las competencias internacionales para alzarse con el triunfo. Veremos un futbol de mucha calidad, eso si. Dispongámonos a disfrutarlo en serio.

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